Un chanchito con suerte...
Él estaba condenado a separarse de su familia. Llegó a un hogar que estaba a punto de convertirse en parte de uno de esos documentales del Animal Planet sobre familias "Acumuladoras de Animales". Teníamos en casa ya 3 perros: Laiza (Madre), Peluche (Hijo) y Manchita (Hija), y todos ellos se habían quedado a vivir con nosotros pues mi madre tiene un problema muy grande para decirle adios a sus animales. Le cuesta mucho separarse de ellos y en el momento en el cual sabe que es el momento de entregarlos a un nuevo dueño, entra en una depresión tan grande que es imposible negarle nada.Es así como de un momento a otro, tras la inesperada llegada de Laiza, pronto vino Peluche y finalmente Manchita, tres perros que se convirtieron en parte de nuestra familia a pesar de que muchos en casa no estaban de acuerdo.
Todo iba bien hasta allí. No es común tener tantos perros en casa, pero por lo menos eran chiquitos y muy educados, así que podíamos sobrellevarlo. Hasta que un día, Peluche metió la pata (Y alguito más) y nos enteramos que éste había embarazado a Perlita, la perra de mi tío Luis. Tras el nacimiento de los cachorros, nos trajeron a casa uno de los pequeños pues mi tío no sabía qué hacer con los 4 perros que habían nacido inesperadamente. Como es lógico, mi madre una vez más se encariñó con el pequeño perro, aunque esta vez ya la familia había tomado la decisión inapelable de regalarlo a alguna persona responsable que pueda cuidarlo bien.Sorprendentemente ( y para nuestro alivio), mi madre aceptó el destino del cachorro y comenzamos la búsqueda de su nuevo dueño.
El perro era tan bonito que no faltaron los interesados en tenerlo, todos presentándose como las mejores opciones para criarlo, pero a todos ellos, mi madre siempre les bajaba el dedo por algún u otro motivo: "Esa chica parece muy irresponsable, ni siquiera se peina...", "La señora ya ha tenido perros y todos se le mueren, algo debe hacerles...", "Para qué quiere perros esa mujer si a las justas cria bien a sus hijos", "Ay no, él tiene una hija chiquita, seguro la niña lo va a tratar como juguete".
Advirtiendo su poca predisposición a encontrar un dueño al cachorro, decidímos ser nosotros los encargados de seleccionarlo, y luego de un par de días, decidí regalarlo a mi amigo José, a quien le fascinaba las mascotas y que me prometió que lo cuidaría muy bien.
Estabamos listos para el gran día en el cual finalmente le diríamos adios al cachorrito, pero de pronto ocurrió lo inesperado: Mientras disfrutabamos de un domingo familiar, conversando y almorzando muy rico, nuestro pequeño perro se paró en dos patitas y se mantuvo de pie durante un largo rato, moviento su colita y sus brazos como queriendo bailar alegremente.
Skipie comiendo su Ricocan
Supimos entonces que era un perro especial, o bueno, eso fue lo que dijo mi madre para justificar su permanencia en nuestra casa. "¿No ven que es un perro muy listo?, no podemos dejar que se vaya...", y mientras ella seguía sacando cara por el astuto cachorro, éste parecía haberse puesto de acuerdo con ella y seguía sentándose y moviendo los bracitos como un conejito. Era imposible decirle que no"¡Se queda!", gritamos todos al mismo tiempo.Y fue así como Skipie se quedó a vivir con nosotros. Por suerte, aún tenemos espacio para él, dado que nuestra casa es grande y tiene un patio donde puede jugar tranquilo junto a su padre, su abuela y su tía. Su historia me hizo recordar mucho a aquella película llamada "Babe, el chanchito con suerte", ese puerco cuya habilidad para destacar entre los demás siendo y actuando diferente, literalmente le salvó el pellejo...
Esta noche estoy re abriendo mi blog. Ya es hora de volver al ruedo y seguir contando estas historias que hacen de mi existencia, algo especial.
¿Y qué pasará ahora...?
En adelante, sigo con mis planes de cumplir mis promesas escondidas en la máquina del tiempo, pero además, aún mantengo la firme intención de hacer un libro de todo lo que pueda contar hasta el día 160, un libro muy personal en el cual incluiré todas las experiencias que ustedes compartan conmigo a través de sus comentarios. La promesa es que una vez cumplido este sueño, pueda hacerles llegar a cada uno de ustedes, un ejemplar. No creo que sea dificil lograrlo... total, ¡soñar no cuesta nada!
Siento haberlos dejado sin mayor explicación, pero lo importante es que seguimos con este sueño.
#99 Antes de ti: Skipie (Porque hacer cosas diferentes, siempre nos hará especiales...)
CON USTEDES... SKIPIE, HACIENDO "EL CONEJITO".