No hay belleza sin dulzura, aunque por temor al hombre te alejes del hombre, y confundas el peligro con el valor. Hoy día ser sabio no es ser prudente.Por convicción natural, nuestros pensamientos poseen poca cultura; despojados de arte, el paso del tiempo nos enseña que nuestra indiferencia comienza a ser una virtud. Y regresa la belleza, y la dulzura, y el honor.Nuestro pretexto es no querer morir, aunque ya estamos en silencio.
No hay belleza sin dulzura, aunque por temor al hombre te alejes del hombre, y confundas el peligro con el valor. Hoy día ser sabio no es ser prudente.Por convicción natural, nuestros pensamientos poseen poca cultura; despojados de arte, el paso del tiempo nos enseña que nuestra indiferencia comienza a ser una virtud. Y regresa la belleza, y la dulzura, y el honor.Nuestro pretexto es no querer morir, aunque ya estamos en silencio.