Significa sentir pasión por nuestros hobbies, disfrutar de las pequeñas cosas que hacen nuestra vida más amena y saber encontrar nuevos significados y sentidos a lo mundano.
Es conocer mucho más, tener ganas de aprender día a día y ampliar horizontes.
No perder la capacidad de sorpresa, conservar esa curiosidad casi infantil que permite engrandecer cualquier emoción. Seguir siendo un poco niños, conscientes y orgullosos de ello.
Ser friki quiere decir ser perfectamente capaz de entablar conversaciones acerca de política, informática, fútbol, geografía, historia, cómics, videojuegos, música, arte, cine y televisión con el mismo interés y asertividad.
No conformarte con las normas, con lo establecido, y hacer uso del sentido común y (sobre todo) del humor para cambiar el mundo gris que nos rodea.
Ser friki significa estar al día con respecto a las nuevas tecnologías, a los avances que se dan en nuestro entorno. Es adaptarse a los cambios, al fin y al cabo. Renovarse y aplicar las ventajas del mundo 2.0 en nuestro mundo propio para hacer nuestra vida un poco más fácil.
Ser friki implica valorar lo que de verdad importa: pasar una tarde de charla con los amigos, reírte a carcajadas con ellos disfrutando de un buen debate sin necesidad de emborracharte cada noche ni llevar ropa de marca para verte bien. Implica no conocer el aburrimiento ni necesitar nada más que tu imaginación para divertirte.
Ser friki te convierte en distinto, pero no en raro. Las diferencias nos hacen mejores y más fuertes y sabemos que es positivo no seguir a las masas.
Y por último, ser friki te ha enseñado a reirte de ti mismo y a jamás reírte de los demás. Por todo eso, y después de haber visto cómo en Antena 3 se mofaban del mundillo friki confundiéndolo con el mundo freak y tachando de frikis a Paco Porras y Yola Berrocal (entre otros), me pregunto: ¿quienes son los freaks, visto lo visto?
Feliz día del Orgullo Friki, hamijos.