Magazine
Dialéctica
Publicado el 08 enero 2010 por Ramongilmargin-left:1.6in;margin-bottom:.0001pt;text-indent:.0in;line-height:20.0pt;
mso-line-height-rule:exactly">
margin-left:1.6in;margin-bottom:.0001pt;text-indent:.0in;line-height:20.0pt;
mso-line-height-rule:exactly">
Eliminando los deseos, los seres que son dioses,
las costumbres festivas que descansan,
resulta un hombre a la medida:
muerde su propiedad única,
muerde diente contra diente
y al afán de dar cuenta,
a la factura del dolor que crece, le llama fuerza.
Acaricia su pelvis heredada
y espera un número, su número, su instante.
No basta que brinde su plegaria,
no bastan sus certificados, aquel de nacimiento,
aquel de ingratitud
para atajar la injusticia, el vértigo,
la cárcel de ser siempre el mismo,
un día sí y el día que sigue no.
Su urgencia, aburrida y terca, de querer es una meta.
El revés de la razón le disculpa: hace balances,
censa sus balbuceos,
y elige que la vida sea dedicada,
que la herida sea pública.
Apuesta el yo mientras no hay nuestro,
apuesta la fe, en balde, porque no hay mío.
Apuesta la culpa original,
apuesta a cualquier precio.
Y gana los adornos y hace sombra a su olvido,
y medita que una mitad suya,
muy suya, está fuera de sitio.
En segunda persona
da la frente a sus pérdidas,
da la espalda a sus deudas
para lo que viene después y después.
margin-left:1.6in;margin-bottom:.0001pt;text-indent:.0in;line-height:20.0pt;
mso-line-height-rule:exactly">
margin-left:1.6in;margin-bottom:.0001pt;text-indent:.0in;line-height:20.0pt;
mso-line-height-rule:exactly">Ilustración: I Nengah Sujena, Hukum Karma, 2008
También podría interesarte :