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1. La estatua de Heráclito
Cierro los ojos.
Se eterniza un no en mis ojos.
No hay huellas.
En su acercanza siento lo que de todos queda.
Un hilo que anihila la mirada.
Una herida en el Tiempo.
Una trayectoria sin huellas.
El resto es sueño, residuo en los márgenes.
Sé que después de muerto siguen creciendo las orejas.
Después de muerto,
eternamente, de momento.
2. Huye Parménides
En este desvío después del semen
todo nos niega: el sentido común,
el significado del verbo ser,
el último consejo que nos damos.
Una telaraña de sombras arde en la luz.
Cierro los ojos. Todo es visible.
Veo un hombre, un hombre cualquiera,
tú, yo mismo,
mendigando, multiplicándose,
verdugo de una sombra,
su sombra.
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Ilustración:Daniela Benesova, Tension,1929