Revista Talentos

Diario de una Cesante: Capítulo III: ¿Y dónde están mis superpoderes?

Publicado el 24 abril 2012 por Bebloggera @bebloggera
Por Roberta Stanley desde Chile


Diario de una Cesante: Capítulo III: ¿Y dónde están mis superpoderes?

Antes que todo, quiero pedirles disculpas a todas y cada una de las personas que se han interesado por leer mis entradas, y por mi prologada ausencia de este maravilloso espacio. 
Hoy, no quiero arruinarle la onda a nadie, menos al blog (que ha albergado algunas de mis jocosas historias de búsqueda de pega), ni tampoco quiero hacer de este espacio un muro de lamentos... pero necesito explayarme y desahogarme de alguna forma. En una de esas hay alguien que está en las mismas que yo, o pasó por lo mismo... quién sabe. 

Aquí voy, volviéndome un poco la Bridget Jones de los días nublados y medio tristes... menos chistosa a lo mejor. Con más mala suerte quizás. Les cuento que la semana pasada, en un momento de desesperación, miré al cielo y le pedí a las estrellas que me mandara un trabajo pronto...  y casi por obra y gracia de mi cuñado (digo cuñado hablando de Dios... porque si no les he contado, mi hermana es monja, entonces Dios vendría siendo... ¿mi cuñado?) me llamaron en un mismo día para tres entrevistas, todas el miércoles de la semana recién pasada. Tuve que organizar cada una de ellas para que no toparan en horarios, y poder crear también una ruta para llegar a tiempo a cada una de ellas. Dio la casualidad que todas estaban en el mismo perímetro, y no fue difícil llegar a tiempo. El día de las llamadas me sentí superpoderosa, importante, capaz... porque claro, recibir tres llamadas para entrevista en un mismo día no es algo común... menos en estos tiempos. Me sentía tranquila, segura de mi misma y fue así mismo como me presenté a cada una de ellas: casi indestructible. Sentirme Rockstar fue bueno para mis entrevistas, porque no dije ninguna estupidez y creo que la seguridad se notó. Al final del día y después de muchas horas de conversaciones de condiciones de trabajo, me fui a mi casa con una sensación rica, pensando en que mi cesantía tenía las horas contadas. 

Diario de una Cesante: Capítulo III: ¿Y dónde están mis superpoderes?

En todas me dijeron que el día en que sabría el resultado sería el viernes a más tardar. Ese día, yo tenía otra entrevista (sí, la semana pasada fui maratónicamente solicitada) muy lejos de mi casa. Por un momento pensé en no ir, para así estar atenta a las respuestas de mis postulaciones y salir de vuelo en el caso de quedar seleccionada, pero fui igual, arriesgándome a recibir una llamada o un correo y yo no estar disponible para responder. Después de millones de vueltas, de caminatas extenuantes y de sacudir el polvo de mis zapatos, llegué a la entrevista, y me fui a mi casa, casi corriendo para revisar mi correo. Llegué y nada... no tenía correos ni llamadas perdidas. Eso fue a las 4 de la tarde. Me quedé esperando casi enraizada a mi silla, frente al computador, a que algún empleador se manifestara. Pero no pasó nada. No sabía qué pensar... ¿me avisarían el lunes?, ¿habré quedado?, ¿me escribirán?, ¿en qué habré fallado?... todas preguntas sin respuestas... hasta ahora. Hoy es lunes y mi celular no ha sonado, y mi correo sigue sin entradas nuevas. Me siento frustrada, inútil, cansada, vencida... creo que ha sido uno de los días más lacrimógenos que he tenido de lo que va de año. Hoy conversaba con Mandy y Ajonjolí, (gracias chicas por las amenas conversaciones y los invaluables consejos que he recibido de ustedes) que siempre he pensado que es una falta de respeto jugar con el tiempo de las demás personas. En todo sentido: dejar esperando a alguien sin darle explicaciones, llegar tarde al trabajo, a una cita, a una entrevista... no entregarle una respuesta a alguien que sí la espera... y es porque uno no sabe qué otra cosa esa otra persona tiene que hacer, qué tiene programado. El tiempo de las personas es importantísimo y valioso.


Diario de una Cesante: Capítulo III: ¿Y dónde están mis superpoderes?

... y creo que el mío también.Es por eso que más frustrada me siento. Porque no le puedo decir a esos empleadores que me han dicho "te avisaremos si quedaste o no en el trabajo" que cumplan con su palabra, que me digan que no cumplo con el perfil, porque aunque estoy cesante, yo también estoy perdiendo tiempo, ilusión, energía y ganas para seguir postulando a otras ofertas laborales. 
NO PRETENDO DECIRLE A LOS ENCARGADOS DE SELECCIÓN DE PERSONAL CÓMO HACER SU TRABAJO, porque si están en ese puesto debe ser que la empresa los considera competentes e idóneos para ese cargo. Pero es importante, al menos para mí, que el mundo sepa que en cada entrevista (al menos yo) invierto tiempo, ganas, expectativas, ilusión... y una gran cuota de corazón para que todo resulte. Y que lo mínimo que espero es una respuesta. Solamente eso. 

Hoy tengo el corazón amargo de pena, la ilusión hecha un estropajo y no tengo muchas ganas de seguir... de hecho estuve pensando seriamente en mandar todo a la punta del cerro y rendirme. Pero mi fuerza interior y la que me han transmitido distintas personas hoy me impiden dejar de esforzarme y seguir soñando que algún día voy a poder contarles a todos que estoy trabajando, que me siento muy feliz con lo que hago, que estos días amargos por fin se terminaron y que mis superpoderes volvieron.


Volver a la Portada de Logo Paperblog