Revista Diario
Y quizás llueva en mis ojos por ultima vez, quizás me acuerde de tu aliento en mi cuello como el ultimo de tus suspiros. Volveré ha cerrar los ojos, para recordar de cómo tocabas mi corazón a través de mis piernas abiertas. De como me mirabas mientras yo me perdía en tus ojos, de como me alimentaba de tus labios cada vez que se rozaban con los míos. Cuando te mostraste desnudo enfrente de mi, y me perdí contigo en mi cama, mientras las horas iban avanzando en el reloj. Cuando tus manos se deslizaron suavemente por mi cuerpo en ese día de lluvia mientras escuchábamos como el agua chocaba fuertemente contra la ventana. Recuerdo cuando mi pelo se colaba entre tus dedos, y me acariciabas la cara con la palma de tu mano, nuestros corazones se conocieron por un segundo y hicieron buenas migas.
Me acuerdo de todo, porque yo si me quiero acordar. Los días de lluvia donde pasábamos todo el día en la cama contándonos los lunares de nuestra piel, disfrutando del paraíso más bonito en nuestras manos, y es que aunque haya pasado tiempo, me acuerdo cada vez que llueve porque mi cama todavía huele a ti. Y sobre todo me acuerdo de todo lo que me hiciste sentir estando sentada encima de ti, sentía tu corazón latir a toda velocidad mientras las gotas de sudor se deslizaban por nuestro cuerpo. Como dejabas quererte debajo de las sábanas que hoy solo están frías, de tu voz susurrándome algo bonito al oído, y ahora cada vez que llueve mi corazón va a mil por hora, porque se acuerda de aquella noche en donde se fundieron nuestros cuerpos, convirtiéndolo en un mismo ser. Y ahora regreso a casa sola.