Días, i (5)

Publicado el 20 noviembre 2020 por Evamric2012

 I, como INDIFERENCIA.


"Hoy es uno de esos tantos días en que la rabia da paso a la indiferencia más temible. 

Vestida con garras, sublime, soy la indiferencia. Témeme.

Y/O difiéreme si quieres... "



" Te prefiero con garras, aunque temo tus zarpazos". Aynss, y te  quedarás con las ganas... ya que aprendí, que si además, una contesta... culpable será frente al Impoluto, Ídolo, Infranqueable.. e ilustres ilusos  que cada ego... haya Idolatrado para seguir incluso siendo Inviolables e imputables ante la/cualquier Justicia. Pues, la mayoría siguen y seguirán siendo borregos/as, disfrazados de lobos/as, infatigables...

He escuchado tanto y tantas veces esta canción que fue una especie de meta y estandarte en mis mañanas más aciagas, y ya de jovencita, antes de que Serrat y Sabina se convirtiesen en pájaros patéticos, sin norte alguno y no correspondiesen ya ni al más mínimo horizonte en los que los escuché en sus primeras versiones, cuando aún no se habían vendido, al menos hoy pese al desengaño logré preservar en el recuerdo su palabra a través de sus letras haciendo caso omiso de sus implicaciones y luchas que hoy me resultan tan ajenas. 


Los conocí a ambos, a uno y otro,  y si bien no me sedujeron, no llegaron a traicionar su palabra en la mía a través de la música y el tiempo en el que los recuerdo como fueron, y tanto me dijeron. En mis viajes más arriesgados y  en cualquier andén donde la primavera haría posible el encuentro , y aquel muelle donde cualquier marinero sin destino me llevase sin anclar mi barca, o  en la sala de espera en aeropuertos, donde un piloto de línea me hiciese un guiño, y  donde dormida, imaginaba mi deseo de huida porque sabía aún en el fondo de mí misma, que a orillas del camino, algún día, pese  a mi naturaleza tímida, pesimista y solitaria, derrotada, encontraría el perfume de alguna flor, de algún ángel, de ese aliento que nos hace oler la vida bajo diferentes prismas, cabe esperar, pues hay quienes aún encuentran lo que tanto se han negado.
Me ha gustado a lo largo de mi vida mudarme una y mil veces de piel,  de casa, de trabajo, de todo, pero dando la cara siempre, dejando abierto mi rostro ante la inmundicia humana, y dejándole bien claro al mundo entero que siempre sabría dónde encontrarme, en el mismo lugar, y con los mismos miedos y viejas ilusiones por colmar. Dejarle un resquicio a otra posibilidad de inventarme y de seguir latiendo, porque todo cambia,  sí, y no me siento mayor ni me da aún pereza saberme distinta, improvisarme ni  sorprenderme y porque con los años, también hay días en los que me aburre mi propio personaje, tan real, tan prosaico y tan absurdo en suma, como el de cualquiera, pero al que tanto respeto y quiero.

Eso sí, ya me la trae al pairo... o Indiferencia... lo llaman... más de la inmensa mayoría... no andan los tiempos como para complicarse la vida cuando uno sale de casa.