Días, m (9)

 M... como MUJER.

Me mataron en el intento de serlo. 

Exigiéndome más a mí misma de lo que nunca llegase a suponer. Hasta llegar a caer y morder la náusea, arrastr-arme en un túnel. Hospitales. Válvulas. Pastillas. Electrochocs. 

Medicación y citas en psiquiatría. 

Todo por ser mujer.

Lavarte la ropa. 

Hacerte los bajos del pantalón, recogerte los calcetines del suelo. 

Corregir tus libros, la tesis. 

Llegar a ser más que tú,  y que tú,  nunca me lo perdon-ases.

Darle de comer a los niños. Esperarte con la comida fría llena de re-calienta-reproches.

Subir por la escalera de la indiferencia y los insultos. 

Estamparle un portazo al machito de turno cuando te llama hdp con la boquita pequeña por ser tú su superior y que no pueda aceptarlo porque llevas falda... ya que si llegaste hasta donde estás es por ser una calienta braguetas... 

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En el rincón de la última reseña -que sigue siendo noticia- leo maltrat-adas, vapule-adas, vel-adas, ablaciones de clítoris, lapid-adas, repudi-adas, asesi-nadas, quem-adas, viol-adas y arrincon-adas. 

Y no, es que no tiene fin la ignominia. 

Y lo peor de todo es el silencio cómplice de quienes sabían, la indiferencia, y el de las amigas y las mujeres que prefieren creer al maltratador o al que las manipula, pues el peor enemigo, no dejo de pensarlo tras la experiencia vivida, lo tenemos en casa… la mujer o la madre que creímos hasta amiga...

Me levanto hoy, tras muchos años, y rocío las traducciones sin  mala leche. 

Me retiro, y los dejo en un/su  baR.sur-ero, lleno de usureros-as en un hastío de reproches y de risas que son capaces de plagiar hasta el más mínimo comentario.  

No sabrían vivir sino de las migajas con las que alimentan su mísera miseria...

Hoy que ya es ayer... aprendí a delegar, a sonreír.

A crecer más humana.

Los rencores se quedaron en el rincón de esas hojas de periódico des-lavadas, en la dedicatoria de tu último libro, en el reverso de una manga que no tiene costuras ni ases por los que apostar.

Ya no necesito ningún Efexor ni Orfidal,  y menos aún pedir ayuda… ya que, ya te lo dicen hasta los que pensaste fueron, eran tus amigos... "cansas"… o bien...eras una "masoca", y/o  te suelen/solieron  "mandar al carajo", o te dicen/dijeron "salta ya por el puto balcón".

MUJER... Si no sales sola de esa espiral, con síndrome de Esto/(esel)-colmo… no esperes que ningún teléfono amigo/a de la Esperanza lo haga por ti,  ya que te dará comunic-ando…

Hace tiempo que salgo a la lluvia sin paraguas, que me rel-amo en las tost-adas, en los viejos croissants y disperso los miedos con jengibre. 

Hace tiempo que re-vuelvo los fideos chinos en la sopa de la indolencia, en el líquido acuoso de la irresponsabilidad y piso en el suelo las hojas muertas hasta hacerlas crujir, con botas de tacón alto.

Tac, tac, tac, tacatac.

                             E.M.  Xoximilco o Xochimilco, D.F. 2019.

Luego, ya me levanto del suelo y me pinto de Maga, o de hechicera en las a-ceras de a-cero, de veneno, y así voy y sigo camin-ando de puta, zorra, perra, golfa,  o de lo que solía/s/n llam-arme y con mi fragilidad a cuestas, me doy  un respiro para creer de nuevo en mí...

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MUJER.

Gracias, P  (Glup) por la música,  por la inspi-racíón...  y,  por  el vídeo.