P como PARÍS, PIEL, PERE, PARADIS*...
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Y París, como cualquier ciudad, abandona su letargo cada noche, esperando la caricia del croissant caliente al despertar de un día más de sábanas arrugadas, y de días por compartir volviéndose a tatuar la piel, enredados en esas hojas que giran y giran devorando el tiempo de la vida, porque París tiene ese je ne sais quoi, que logra esparcir unas chispitas risueñas en lo más profundo de tu mirada, y cuando ya paseas por sus aceras con el día de ayer arrebujadito en la solapas de la gabardina entre la bufanda y la boina, así deambul-ando, y con la lluvia cogida del brazo por sorpresa, con su desparpajo, cubriéndote toda, te das cuenta de que ya aprendiste a lavar cualquier lágrima al sol y a disfrazarlas todas ellas, bajo la lluvia , cómplice, que desde el primer día que llegaste a visitarla, y a aprender a soñar de su mano no dejó de acarici-arte.
Mi paraíso* cósmico.
Existen miles de especies en este planeta, imagino que tal vez en otros ocurra un tanto de lo mismo, pero mi paraíso: eres tú. Y lo tengo tan cerca…
Tus manos son dos platillos voladores que se divierten haciendo circunvalaciones por mi cintura, tus luceros dos puntitos de luz que se posan en mi sonrisa cuando me buscas la boca, y tu cerebro, ese Venus, el órgano sexual más erótico en el que perderme cuando mi con-razón te cuenta que está cansado de latir y le lames las arritmias con unos puntos suspensivos que juegan al tic tac, cum cum, taca tac, sacudiendo todos los tiempos pasados, desempolv-ándolos con el batir de tus pestañas, salpicando mis rosas, y haciendo de su traje sucio y ajado, mil versos para lucirme como la rosa del Principito.
Eres el mar de mis adentros, puntal erguido para mis mares arrebatos, y para mis males en calma, llegando al cielo de mi boca y dejándome llevar por ese agujero oscuro de tu galaxia alcanzando las estrellas en el aliento de un beso.
Paraíso es tu cuerpo donde a-isla-r-me bajo las palmeras de tus certidumbres para recostar mis miedos infinitos sin que les pusieras barreras de ningún sonido, alejándonos de la tierra y sus miserias, de sus realidades e instintos.
Tu sexo, osa mayor, constelación de la que agarrarme para que sigas cont-ándome todos los desafíos lunares que te ofrezco para que perdamos todos los sentidos " desbrujulándonos” hasta perder nuestras materias, piel a piel… todas ellas.
Qué mejor traje
que ese poema
con el que me cubriste
la piel
a versos.
Que este tiempo detenido
en el pliegue del paraguas
en el que las nubes danzan,
y al abrirlo,
me llueve tu boca
en mi boca
bajo un lánguido suspiro.
Qué ganas de ti,
al sentir el cálido cráter
de tus poros
por los que transitar
la clepsidra de mis manos.
Ruge en el
eterno vaivén,
nuestro oleaje
por ignotos senderos
entre dos cuerpos
quenavegan
a esa incógnita
ninguna parte.
Qué ganas de ti,
al volver la esquina
de nuestro deseo.
Qué ganas de ti,
con acento
crítico
y, á-tono o/y fuera de tono…
"aliter-ando"
tu/nuestra gr-“amártica”
sin-taxis forma de amarnos...
Con toda tu/nuestra
piel
con su
oro,
geo…
a cuestas...
todo aquello que con prefijo
acabe en … grafía.
P.D.
SIN PORNO... pa del-atarnos... :))
Je.
Sonrío¿?
Ahí lo dejo.