Revista Diario

Diferencia entre nostalgia y melancolía por Israel Esteban

Publicado el 07 marzo 2013 por Israel_esteban @PsicoMarket
Diferencia entre nostalgia y melancolía por Israel Esteban
           La melancolía, según el diccionario, es "la tendencia que tiene una persona a la tristeza permanente". No confundir con nostalgia que es "pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos". Eso es lo que dice un diccionario virtual que encontré por Internet, pero si recurro a la RAE, melancolía es "tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada".

      Está muy bien expresado; yo añadiría que puede ser puntual o transitoria sin necesidad de tener una tendencia imperecedera hacia ese estado. Puede que el ser humano al vivir grandes periodos de felicidad absoluto caiga en la melancolía para desmarcarse, por un breve período de tiempo, de la aparente, o no, felicidad del momento presente. No conozco a nadie que sea plenamente feliz durante las veinticuatros horas del día.         Con esta introducción sólo quiero reflexionar sobre la mutabilidad de las personas.  Algunos caminan erguidos sin dificultad como trapecistas, por la línea imaginaria de un electroencefalograma plano. No tiemblan, no arriesgan, por eso es poco probable que se desvanezcan por alguno de los lados; ya que bajo la línea blanca aguarda la negrura de lo desconocido, y lo desconocido da miedo.     Por otra parte otros viajan metidos en un coche; trascurren por una carretera curvilínea y adelantan cuando no hay visibilidad; y hunden el pie en el acelerador cuando suben por una pendiente pronunciada, sin importarles qué habrá en el otro lado.    Esto son sólo dos formas de afrontar la vida, dos formas radicales y contrarias. Pero encontrar el equilibrio es lo que yo, como terapeuta de supermercado que soy, os aconsejo.    Luego tenemos que añadir más factores, como el carácter del individuo, la educación escolar, lo que has mamado en casa de tus padres cuando eras un muchacho, las experiencias traumáticas o no que hayas podido tener, trastornos como el del sueño o la fotofobia, etc. No podemos olvidarnos de los agentes externos; que son personas o situaciones que te tocan los cojones a dos manos con la maestría aséptica de un urólogo o, para que las féminas se sientan más identificadas, ginecólogo.   Podría extenderme más sobre las características individuales de los seres, pero resulta que se acerca la hora de la cena y el hambre apremia. Por eso concluiré pronto. Es muy probable que a Borges, escribiendo la poesía de los dones, le ocurriera lo mismo, ya que pudo parar de forma consciente; a sabiendas de que podría haber seguido hasta el infinito.     Ahora quiero poneros en una nueva situación. Imaginaros ahora que juntamos a dos seres de forma aleatoria. No, no, más complicado aún; dos seres de diferentes sexos. Pues es muy probable que la fase de acoplamiento requiera ayuda divina o tecnología de origen extraterrestre. Podría ser el fin de Occidente. Pero no desesperéis, con el tiempo y el aprendizaje y, algunos, con clases particulares, llegaréis a encontrar el equilibrio en ese caos de sensaciones maravillosas o decepcionantes.  

      Os quiere, vuestro terapeuta de supermercado.Diferencia entre nostalgia y melancolía por Israel Esteban
   Israel Esteban. 

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