Pero, ¿No se trata de eso la vida? ¿De decir Sí, de avanzar, de vivir? El Sí nos compromete, exterioriza nuestras aspiraciones, es señal de que en ocasiones algo falta. Una vez más estamos ante esa decisión; que todo siga siendo No, o animarnos al Sí y sumergirnos en la vida, esa vida que vivimos obstaculizando más o menos todo el tiempo con el No. Por supuesto y soy una convencida de que saber decir No es necesario y se requiere de mucho valor para expresarlo.
Tampoco es cuestión de andar por la vida con el famoso Sí fácil, pero eso es agua de otro costal… Sin olvidar lo que conocemos como Instinto, el cual algunas veces nos guía y no sabemos si por Sí o por No…