El humo del ayer perfila siluetas nuevas, un desnudarse dejando atrás la sombra de lo que nos arrastra y nos persigue.Toreo mis tacones, y los incito a seguirme, sin querer que me rediman de ningún pecado. A cada paso que damos dejamos atrás otro yo, y le desgarramos la piel. Lo miramos al espejo, en fotogramas e imágenes que no dejan de ser nosotros mismos. Nos persigue en leves humaredas, y va perfilando siluetas en el tiempo. Deformes o elegantes. Somos retazos en continuos recosidos. Y sólo aquellos que nos quieren nos empujan hacia el cambio. Y vislumbran el desvanecerse etéreo de un viejo yo que sigue caminando.