Todavía esperando, en cualquier banco de cualquier parque en una mañana cualquiera de un mes insípido de un año desconocido.
Esperándote, deseando que tengas algo que decirme, que quieras decir algo, las horas transcurren lentas cuando llevas parado una eternidad. No sé si aún recuerdas quién soy, si en tu diario, ese que escribes todas las mañanas hay algún parrafo que hable de mi, del hombre abandonado en un banco de un parque. Levantarse cada mañana sería más fácil para mi, si me diera cuenta que alguien todavía en algún lugar extraño y alejado no me ha olvidado.