¡Dime ven!

Vayamos por partes, que diría Jack:

1º) “Si tú me dices ven, lo dejo todo… pero dime ven”, es la novela que mi madre me ha regalado por celebrar que me llamo Margarita (como su abuela), y que me ha resultado -aún no la he leído- bastante atractiva, al menos, como primera impresión. Su autor es Albert Espinosa, y publica Plaza & Janés. Por esto último, presumo que debe tratarse de una obra, si no maestra, altamente recomendable, dadas las dificultades para ser editado hoy en día.

2º) Mi “dime ven” particular, esto es, mi grito de guerra literario va dirigido a la editorial que quiera darme una oportunidad con “La Flor contada”, ese “compendio de viñetas de la vida moderna” (Lorraine C.Ladish muy bien dixit), que no creo que desmerezca a ninguna empresa que apueste por las letras, antes que por la propaganda audiovisual. No nos engañemos: estamos en crisis y todos nos bloqueamos ante el mínimo riesgo económico que podamos correr. Estoy de acuerdo. Yo no soy un personaje popular o mediático y la apuesta por mi persona y mis escrituras es una apuesta meramente literaria y cuasi espiritual, pero tampoco admito que nadie se coloque la medalla de adalid de los noveles sin merecerlo. Hasta ahí podía llegar la broma. Estoy convencida de que si cualquiera de los “tertulianos” de “Sálvame” diera una patada en el suelo, le lloverían las ofertas de las editoriales, sin dudosas coediciones de ningún tipo… y con eso, ya lo digo todo.

Dejo a continuación un trocito del maravilloso prólogo, sin adulaciones superfluas, realizado por mi amiga Lorraine. Creo sinceramente que si una profesional de la escritura, sin un minuto libre al día como ella, ha sido capaz de leer cincuenta cuentos en un par de noches, el libro merece una oportunidad. Eso piensa ella también… ahora sólo queda que esté de acuerdo con ambas, una editorial que crea en las palabras por encima de los nombres.

Difícil lo tengo, sí. Pero nada es imposible y en ello seguiremos.

“Prólogo a La Flor Contada, de Marga de Cala

Soy adicta a la lectura y, además, porque me gano la vida escribiendo – más por oficio que por arte – tengo que leer muchos textos por obligación, para estar al día de temas sobre los que escribo. Esto significa que tengo poco tiempo para dedicar a leer por placer. Cuando leo una novela o un libro de cuentos, pretendo entretenerme, evadirme, inspirarme o reconocerme en el texto, dependiendo del momento.

Cuando me dispuse a leer La Flor contada de Marga de Cala, no sabía qué esperar.  Pensé que leería los cuentos como suelo hacer – a ratos perdidos que rara vez encuentro – y sin embargo, en dos noches los terminé. Al concluir cada relato me entraba curiosidad por saber qué sorpresa me traería el siguiente, y así llegué pronto al final… (continúa)

Lorraine C. Ladish

www.lorrainecladish.com

Sarasota, Florida, Septiembre de 2011″

P.S.: La foto es de ayer mismo. De una futura fotógrafa a la que apoyaré siempre: Laura Rey. Que tengáis todos un hermoso día…