Después de unos días de lluvia y nubes, esta mañana ha salido un sol radiante. Así que, como papá está trabajando, mis padres y yo nos hemos ido con David a pasear a la playa.
Nada más llegar, David ha iniciado una carrera que no ha acabado hasta la hora de irnos!! hemos cogido piedras, conchas, hemos huido de las olas, nos hemos mojado, nos hemos rebozado en la arena y sobretodo hemos corrido. Hemos corrido todo el tiempo.Y es que mi chiquitín tiene una energía y una vitalidad digna de envidia.
Aunque en ocasiones seguirle el ritmo resulta agotador, me encanta verle tan feliz y tan activo, con tantas ganas de comerse el mundo. Me encanta compartir con el estos momentos y tratar de vivir la situación desde sus ojos. Porque es maravilloso ver como toda situación, hasta la más común, se convierte en una ocasión perfecta para reir y pasarlo bien.
Cuando veo así a David, disfrutando tanto de todo lo que le rodea, deseo con todas mis fuerzas que no pierda la inocencia y esas tremendas ganas de vivir. Deseo que nunca deje de ver el mundo como ahora lo ve y que no pierda esa asombrosa capacidad de disfrutar de lo más pequeño. Espero que el mundo y la vida no le cambien, que permanezca siempre como ahora, feliz, puro...
Espero que el mundo no le cambie y nunca pierda al niño que ahora es.