Lo cierto es que esta es la batalla más difícil para la literatura de calidad. Una marea de mediocridad arroja cada año millares de nuevos títulos que amenazan con esterilizar el interés de los lectores o con fomentar el estereotipo, la moda, el didactismo y los valores más conservadores. Para leer estos libros tal vez sea mejor que los niños se dediquen a otra cosa. Ahora bien, si la literatura infantil de calidad también se beneficia de una industria editorial potente, es absurdo entretenerse en blasmar el nuevo contexto y en culpar a la industria multinacional. Más bien hay que dedicarse a ejercer la responsabilidad de una nueva crítica que permita distinguir el grano de la paja, aunque la paja venga ahora tan bien arropada por cuidadas ediciones y estrategias de venta. Y hay que establecer circuitos de complicidad entre todos los sectores para producir, detectar y promocionar el fragmento de la producción en el que estamos realmente interesados.
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De la ponencia de Teresa Colomer "La literatura infantil: una minoría dentro de la literatura".
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Distinguir el grano de la paja
Publicado el 14 septiembre 2011 por SferTambién podría interesarte :