La filmografía de Tarantino es lo suficientemente genial como para que se merezca, incluso antes de ver la película de turno, toda nuestra confianza. En esta ocasión se adentra en el mundo del western aunque nadie debería pensar que lo que parece un homenaje al spaguetti western vaya a serlo.
Y no lo es porque quizás ésta sea una de esas películas que los directores hacen para recordar sus éxitos anteriores. Parece complicado pero lo hace realidad. Hay mucho de sus mejores películas y el director combina una excelente fotografía con escenas más propias de un videojuego, todo eso en un western de la blaxploitation verdaderamente genial.
A pesar de que Spike Lee haya comentado que el uso de la palabra "negro" es poco adecuado y que la cinta peca de racista hemos de decir que pensamos justamente lo opuesto. Ésta es la mejor crítica a la esclavitud que jamás se haya filmado. La locura de tratar a los negros como a animales se salpica de la sangre de los maltratadores y con momentos de humor bastante reseñables.
En definitiva, la labor actoral (brillantes Washington, DiCaprio y Jackson) la historia, que no por manida deja de enganchar, y el enorme trabajo de todos los que participan en la película convierten las casi tres horas de su visionado en un momento mágico que nos hace reflexionar. Más que recomendable.