En un pueblo de escarpadas montañas vivía Doña Cabra. Era parte de un rebaño muy extenso pero bien atendido por un pastor que realmente amaba lo que hacia.
Ya era una cabra en edad de reproducción (empadre) y su pastor decidió televisar sus últimos momentos de cabra preñada y primeros de cabra madre. Enseñaron sus pastos, comederos y el pesebre donde nacería su cría; todo bien provisto de cámaras por supuesto.
El momento había llegado. Doña cabra ya no corría por los pastos como antes, había llegado el día. El pastor observó su estado y se puso inmediatamente a preparar la llegada del cabrito. Respetando su ritmo y las señales que el comportamiento de Doña Cabra emitía, el pastor acompaño desde cerca, sin invadir o manipular innecesariamente su parto, con cariño y apoyo acompaño el proceso entero. Al final, cuando ya salía el cabrito Doña Cabra necesito un poco de ayuda, la recibió y ya tenia a su cabrito con ella. Obviamente, el pastor incentivo acercando el neonato a Doña Cabra para que mamara el calostro, siendo conocedor de que es esencial para la vida del nuevo miembro del rebaño.
Las cámaras no dejaron de grabar y el pastor no dejó de hacer su trabajo, como siempre.
Esto, si lo televisan, emociona.
Lo de Baby Boom no.
Existen mejores maneras de televisar uno o más partos y me parece mucho más licito enseñar partos respetados y profesionales con un mínimo de empatia hacia las personas que se someten a sus cuidados.
A mi como mujer me daría vergüenza que el recuerdo un momento tan especial y feliz de mi vida, de la de mi pareja y de mi familia se viera estropeado por el desdén de profesionales que se supone que me tienen que enseñar, amparar, acompañar y cuidar; y tan sólo se dedican a encontrar la manera más rápida de deshacerse de mi y si hay posibilidad de burlarse o ensañarse, mejor.
No soy experta en televisión, seguramente si el programa me lo hubiesen encargado a mi haría algo infinitamente peor pero como mínimo me encargaría de que las mujeres fuesen mejor tratadas que las cabras de mi pueblo.
Stop Violencia Obstétrica.
Doy gracias a Jose Alonso, pastor de cabras, que me ha enseñado como se atiende debidamente a un parto.
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