Llegar al atardecer, después de un largo viaje desde Madrid, más de 6 horas, cansados, aunque por suerte, corría el mes de Octubre, ya sin calor y parar el coche para estirar las piernas antes de llegar al camping...........
Y a través de las pasarelas que protegen las dunas, llegar a la arena blanca de la playa, fue todo una explosión para los sentidos.
Calma y quietud...... La luz del sol ya quería marchar.....
Zapatillas de deporte fuera, Arena fría y húmeda..... Agua fresca, hasta las rodillas los pantalones para sentirla y caer en la cuenta de que habíamos llegado a nuestro ansiado destino, nuestra escapada hacía un mundo maravilloso donde recrear todos nuestros sentidos acababa de comenzar......
La instantánea del momento lo dice todo...... para que añadir más.
Sin prisa, regresamos para llegar al camping y acomodarnos y decidir cual era la mejor opción para nuestro primer momento. Pero no lo hicimos así.
Para que hacer planes.... Mejor improvisar y dejarnos sorprende, dentro de un orden, claro, sin caos.
Que puede ser más relajante, que esto... Bueno, también en la montaña me ocurre.........
Todos íbamos llegando y nos quedábamos embobados apoyados en la pequeña, endeble cerca que había en la laguna frente a la Ermita del Rocio.
Los caballos, los flamencos, los zarrapitos...... La Ermita misma, nos embrujó claro que sí.
Algunos creyentes, otros no, pero ninguno pudo resistir la tentación de entrar en aquel sagrado recinto, rodeado de aquella paz, roto sólo por el silencio, a horas tan tempranas, de los maravillosos sonidos de la naturaleza.
Por supuesto, también nos llamó la atención y mucho aquel lugar en que tantas personas rinden culto a la Virgen.
Paseamos por la aldea, aunque luego tuvimos que pasar por el camping antes de seguir con nuestras rutas, arena entre los dientes, la nariz taponada, los ojos.... El entorno ideal, el arroyo, los carruajes con los caballos.... Pero sinceramente, no se como pueden sobrevivir los miles de personas que allí se reúnen en la festividad de la virgen.
Día tras día nos íbamos sumergiendo en aquel paraíso terrenal.....
No podría decir que me gustó o me llamó la atención más.
Simplemente disfrute cada momento, cada instante, cada lugar..............cómo uno hace cuando ama, igual......
De repente encontrarte ante el majestuoso ciervo, o el pequeño gamo, corretear un jabalí entre las retamas de escoba que se enganchan a las dunas móviles, queriendo retenerlas en el lugar.
El rastro de la culebra bastarda o viperina en la arena, con más asombro que miedo, aunque con precaución intentando encontrarla como un tesoro perdido, escondida entre la arena.
En la carretera de camino a cualquier pueblo o a ningún lugar, ver la sombra del lince y en la noche escuchar los gritos de los alcaravanes junto con los chotocabras, que tienen la costumbre muy peligrosa para ellos, de permanecer acurrucados en el suelo, muchas veces buscando el calor del asfalto.
Preciosa ave en peligro de extinción, no se si aún lo esta....
Su plumaje es de un color azul oscuro con irrisaciones brillantes en contraste con su brillante pico rojo...... La hembra emite unos extraños gritos mientras el macho parece estar tocando la trompeta.
Acercarse a las marismas del río Guadalquivir y si puedes recorrerlas en una barca pequeña, sentirte diminuto en aquella inmensidad y terminar así una escapada, es la mejor medicina para el alma y los sentidos, para reponer energías y dejar en el olvido aquellas tempestades que podrías haber llevado contigo a la llegada a este rincón que es todo un paraíso.
Con su permiso "Mi Doñana".......
Disfrútenlo si pueden, seguro que me dan la razón.................
Marijose.-