Dónde lo que pinté con tus colores de lluvia,
con la sangre de amores improbables.
Un tallado final abierto que no vale la pena.
Donde está lo que te escribí, lo que vomité, lo que recité...
La caricia del tiempo que rasga pieles;
y, finalemente, desaparece sin dejar secuelas...Quedó tó moribundo entre tus piernas,
desgatadose en tu reloj de mierda,
contabilizando los besos y minimizando las consecuencias.Ya me has visto sufrir...
has contemplado el dramático espectáculo
de mi papel interprentándose en la infinita comedia del arte.
Dónde las punzantes heridas del latir furioso de pecho de viento?
Quedan mis versos vencidos a la estática rutina
de existir sin colores que me vistan,
donde todavía me ves de cerca, con tu sonrisa siniestra;
mientras me tiritan los dientes de frio o de miedo.
Donde florecen mis injurias como espadas al cielo
y a la humanidad entera...
en algún lugar despoblado de cualquier algodonada palabra;
donde sólo lluevo, salpico y me evaporo
en el silencio desnudo de la medianoche.