Donde están?
Miles de niños sirios se dice que trabajan clandestinamente en empresas textiles en Turquía.
Diez mil niños desaparecidos nada más llegar a Europa.
Creo entender aterrorizada que la maldad humana convenció a las familias a huir con los hijos, deambular con ellos en su migración, permitir que en algún momento se les llevaran los niños con pretextos falsos. Todo, seguramente, ya estaba calculado y decidido.
Mafias hambrientas negocian con personas como quien va al Mercado.
Por eso Europol denuncia la desaparición y teme que las mafias los hayan robado.
No es una noticia más, es la peor de las noticias.
Pero hay más, en Australia internan a los menores en un campamento indecente ubicado en una isla. No hay tiempo concreto de reclusión, algunos llevan años, y una senadora lo denuncia.
Estos niños sufren estrés y padecen problemas psicológicos imposibles de curar.
Destruir a la infancia es destruir nuestro futuro como humanidad.
Este siglo va avanzando enlodado y nos deja desolación.
Por más que parezca una barbaridad, todo apunta al Apocalipsis.
Indefectiblemente vamos cuesta abajo.
Neoliberalismo, globalización, guerras, barbarie medieval, son las especias que sazonan este siglo. Y no es cuestión de ser pesimistas, solo basta con ser realista.
Llorar por los niños perdidos
es llorar por todos nosotros
y no basta solo con llorar…
Nos alertan para que ante cualquier menor en situación irregular que esté solo vayamos a denunciar.
No los recuperaremos a todos, pero con cada uno que salvemos habremos cumplido con nuestro deber como personas; y a ellos les protegeremos como se debe.
Hay que darle la vuelta a esta locura y hacer que la paz y el amor se adueñen de todo. Siempre estaremos a tiempo de intentarlo.