"Donde nace la noche": a la orilla del agua

Publicado el 12 abril 2015 por Anabels @Reboig

Donde hace la noche,
Laura Forchetii - María Elina,
kalandraka, 2015.
Premio de Poesía para niños Ciudad de Orihuela, 2014.
Laura Forchetti, la autora de este poemario, entiende muy bien que las palabras, bien engarzadas, son el más mágico de los conjuros contra el miedo y la soledad. Y, así, poco a poco, casi como en un susurro, con respeto y reverencia, dos personajes, Violeta y Vittorio, entran en el misterio de la noche. Gracias al diálogo florece esta poesía que nos lleva a cualquier espacio amplio, en donde no haya llegado aún la contaminación, donde las estrellas sean faros en la noche, donde sea posible escuchar las voces de las pequeñas criaturas nocturnas y en donde se respire libertad y sosiego.
La poesía de Laura Forchetti se remansa, establece un camino que nos conduce a la luna, al mar, a los planetas, a la espuma, a los caracoles y a los escarabajos. Es una poesía que traza el plano de un tesoro: el de la noche. Para conocerlo no hace falta ser pirata, sino persona sensible, que sepa escuchar y observar. Solo así se nos concederá el deseo de ver como teje la araña su tela de rocío, la tela del cometa o el lecho plateado de los peces.
La rima asonante, los versos muy breves al lado del verso libre, las metáforas visuales se combinan para encandilar al lector.
La ingeniudad, la dulzura de la niñez, donde todo es sorpresa y magia, no abandonan los versos de Donde nace la noche, más bien los acompañan hasta el final y dejan en el corazón un poso de ternura, de nostalgia también: "Vamos a esperar / una estrella / que caiga." Y ahora, como Violeta y Vittorio, vamos a pedir tres deseos, pero eso sí: "Los deseos son secretos. No te lo digo".
Y así, despacio, va acabando la mañana y llegando el día, aunque los niños se resisten a abandonar a su nueva amiga: "Un ratito más / hasta que se peine / la mañana". No hay que tener miedo a la noche porque la noche trae muchos regalos, si sabemos buscar, si seguimos las pistas de Laura Forchetii.
Donde nace la noche es un poemario que significa también un homenaje a la poesía de Emily Dickinson que también encontró en la naturaleza su fuente de inspiración. Es un libro destinado a los niños desde los 9 años que enamora y emociona, pero, ojo, hay que leerlo despacito, paladeando las palabras, dejándose empapar por el escenario de la noche.
las ilustraciones de María Elina Méndez son realmente hermosas, senciullas y delicadas, como los propios versos. Nos llevan, igual que el poema, desde la noche al día porque, poco a poco, se va imponiendo la claridad.
Donde nache la noche es un regalo muy oportuno porque nuestro mundo está hecho de prisa y de desasosiego y la propuesta de la autora es la contraria. Nos invita a que abramos los ojos, también los del corazón, y a que veamos que las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos. ¿Quién empieza el viaje hacia la noche? Veremos sirenas, veremos estrellas, veremos ilusión, nos veremos a nosotros mismos.