Puedo equivocarme en el trabajo y, casi todo, podrá corregirse trabajando más. Puedo equivocarme en el blog, olvidarme de meditar, pasar algún día de hacer ejercicio, y así en muchas cosas.
Pero donde no puedo equivocarme es al volante de un coche.
No porque no sea comprensible cometer un error en una actividad tan difícil, o porque me convirtiera en peor persona tener un accidente; sino porque la naturaleza, la física nunca perdona.
Un accidente no se puede rectificar.
No quiero perder a nadie de ustedes.