DONDE VIVE EL RECUERDO | Nino Ortea

Publicado el 20 mayo 2023 por David Rubio Sánchez

Hoy nos visita nuestro compañero Nino Ortea que viene a presentarnos y  hablarnos de su novela y de cómo fue su proceso de escritura.    ¿A quién no le apetece leerlo?
   Recibamos pues con un fuerte aplauso a Nino Ortea junto con su novela:

DONDE VIVE EL RECUERDO, de NINO ORTEA

Agradezco la oportunidad que El Tintero de Oro nos da a los autores autopublicados para compartir detalles del proceso de escritura y autoedición de una de mis publicaciones. En mi caso, voy a centrar esta “charla” en la novela Donde vive el recuerdo, la cual lleva disponible en Amazon desde agosto de 2019.     Voy a afrontar la presentación de la obra como si esta fuera una entrevista realizada en directo. Para ello, usaré como pauta personalizada las preguntas que El Tintero de Oro nos planteó como orientación informativa en su texto de presentación. Redactaré el texto en una sesión para así unificar su ritmo y su narración. Por ello, evitaré corregir en exceso el texto (os pido disculpas por las faltas y despistes que encontraréis en él); sé que si le doy muchas vueltas, acabaré sin enviarlo. 

¿Cómo nació la idea de tu libro? 

Donde vive el recuerdo es una novela antológica que, en sus 339 páginas, agrupa y corrige el contenido de tres novelas breves cuya publicación serialicé en 2016: «Castigado a vivir», «Obligado a convivir» y «Condenado a revivir».      Esta novela nació con la idea de ser un cuento fantasmagórico. En el primer borrador, escrito en 2012, ese cuento se titulaba «Amor de madre» y formaba parte de un proyecto que me había marcado en mi eterno proceso de aprendizaje narrativo: escribir una historia con componentes fantasmales inspirada por la primera canción que escuchara en la radio. Sonó “Amor de madre”, tema de la banda Danza Invisible, pero el relato que escribí no tenía nada que ver ya por entonces con la historia que canta la canción… Este relato lo recogí en la antología de 2017 «Nada ha sido probado», que también autoedité en Amazon. 

¿Cómo fue el proceso de escritura?

El proceso fue autodidacta y empírico, basado en prueba-error. Se vio limitado por el hecho de que por entonces no contaba con acceso a Internet. Esta limitación ha moldeado mi forma de abordar el proceso de escritura creativa –ya sea el de una novela o el de un cuento–: suelo redactar a mano, busco la información necesaria en mi memoria o en mi biblioteca, lo corrijo a la par que lo tecleo en un procesador de textos, imprimo el borrador, dejo que se enfríe su recuerdo, pasado un tiempo hago una primera lectura-corrección pausada (sufro déficit de atención y migraña crónica) y al finalizar este proceso de lectura correctora, decido si convierto ese texto –lleno de correcciones y anotaciones– en una creación literaria.     Una de las grandes ventajas de escribir a mano es que puedes hacerlo en casi cualquier lugar y momento. Me gusta escribir solo y en espacios públicos, donde me oxigenen y estimulen tanto el aire libre como la observación de las vidas ajenas. La corrección la hago en casa, en silencio y por etapas. Convertir el borrador en un texto literario es un proceso abierto, en realidad ninguna de mis ficciones está acabada, y las autoedito cuando siento que han alcanzado una estructura sólida. 

¿Cómo preparaste la portada?  

La portada de Donde vive el recuerdo es una fotografía de una casa de campo que, sorprendentemente, pervive en el centro urbano de Gijón. Saqué la fotografía con el teléfono durante un paseo casual por sus inmediaciones. La edité con el programa “IrfanView” para adecuarla a los requisitos de Amazon. Salvo la imagen de la antología «Mirador» –autoría de la escritora Clarisa Tomás Campa–, todas mis cubiertas lucen fotografías propias sin editar. 

¿Recurriste a un corrector profesional o a lectores beta? 

Es un recurso que sé que es necesario, pero no me lo puedo permitir en lo económico. Autoedito mis obras confiando en que alguien que las lea se ofrezca a ayudarme en su depuración literaria. Necesito la figura de un editor externo, pero no la he encontrado. Sí he contado con conocidos que oficiaron de “lectores beta”, pero fueron demasiado respetuosos con mis textos y comprendí que los ponía en un compromiso al pedir su colaboración. 

¿Alguna anécdota durante la escritura o la publicación? 

Al tener Donde vive el recuerdo un sustento de evocaciones falseadas, varias personas de mi entorno afirmaron reconocerse en situaciones que novelizo y que no tienen ninguna conexión con ellas.      La publicación es siempre sorprendente y reconfortante: me vivifica sostener el primer ejemplar de cada obra. En este caso fue especial pues su edición iluminó un momento personal oscuro. Su escritura me ayudó durante un proceso en que tenía que tomar una decisión transcendental. Sus posteriores reescrituras han suavizando el “yo” e intensificado el “nosotros”. 

¿Lo has presentado en alguna librería o biblioteca? 

No me lo he planteado.

¿Algún lector te ha contactado? 

Sí. Y mantenemos el contacto. Incluso hay una lectora que cuando viene a Gijón siempre quedamos.  

¿Lo enviaste a editoriales, concursos, etc… o decidiste de inicio autopublicarlo? 

Uf, a ver cómo te contesto sin delirar.     Mi proceso de escritura es parecido a un acto de posesión en el que una personalidad literaria toma el control de lo que escribo. A esa personalidad creativa la llamo “Nino Ortea”, y lo que hace es escribir de manera automática una historia que parece que alguien le esté dictando.     Una vez acabado el texto, lo leo y decido qué hacer con él. A esa personalidad literaria que oficia de puente entre mi natural lector y mi condición de escritor la identifico con mi apodo “Nino”. Hasta ahora, esa personalidad redactora siempre ha visto mis obras como trabajos de aprendizaje. Trabajos que incluso no depuro del todo en su componente personal a fin de mantener ciertas autorreferencias creativas que me ayuden al abordar el proyecto siguiente. Por ejemplo: en Donde vive el recuerdo prima la narración en primera persona, pero hay capítulos o fragmentos en los que recurro a otro tipo de narrador. Recurso que en unos casos viene impuesto por las necesidades narrativas, pero en otras en una mero ejercicio rupturista o una solución tangible a una duda que me planteo. Por ejemplo: la entrega titulada «Castigado a vivir» –la primera vez que autoedité de manera serializada esta novela– presenta sus páginas sin numerar y los capítulos empiezan al acabar el otro en la misma página. Con ello buscaba reproducir la manera en que escribimos un texto personal sin ambiciones literarias: aprovechamos el papel y no numeramos las páginas. Esta decisión dificultaba la lectura de lo que sí era un texto con ambiciones literarias, por lo que en las dos siguientes entregas, y en todo, las páginas están numeradas y los capítulos aparecen separados, incluso recurro a notas a pie de página para contextualizar o informar.     Presentar los textos a un concurso o a una editorial requeriría normalizarlos, adecuarlos a unas pautas de convocatoria o estilo. Esa normalización los privaría del único componente que los diferencia de otros cientos de obras que se presenten a esa convocatoria: mi impronta. Mis relatos o novelas no son grandes obras dentro del canon literario. Necesitan de un acabado editorial que no sé darles (no soy un gran escritor, pero sí soy un gran lector y noto esa carencia). De ahí que, cuando me noto con bravura, opte por autoeditarme para evitar que esos trabajos de amor queden perdidos, como han quedado tantos.     Para autoeditarme invoco la personalidad de “Marcelino”: él es mi editor y representante literario. “Marcelino” tiene una autoeditorial, Librelena, que es la que me publica, para lo que recurre a los servicios de impresión y distribución de Amazon.  
    Ahora te estoy escribiendo como Nino –mi apodo en la vida real–; que, además de ser uno de mis  heterónimos literarios, oficia de agente de prensa de Nino Ortea. Disculpa lo extenso de mi respuesta, confío en no haberla convertido en una divagación.     Sí que presenté mi primera obra –un libro juvenil– a varias editoriales. Sólo me contestó la editorial Everest. El resto, silencio. Del silencio no se aprende, por lo que decidí hacer de la autoedición de mis fabulaciones un taller de aprendizaje creativo. De ahí que todos mis libros, incluido este, hayan salido a la venta sin que les aplique margen de beneficio económico, ya que considero que lo que ofrezco no son obras comerciales, sino trabajos literarios. 

¿Qué personajes y situaciones nos encontraremos en la novela (sin spoiler, claro)? 

Donde vive el recuerdo hace un recorrido por los recuerdos vitales de su protagonista, Fernando Rivas, quien es también el narrador de la historia a través de su flujo de conciencia. Escribe sus recuerdos, impresiones y suposiciones de cara a que ese volcado de sentimientos en palabras lo ayude a decidir si ponerle a su vida un punto y aparte o uno final. La trama está ambientada en los últimos años de la dictadura franquista y en los primeros de la Transición. En la narración impresionista en primera persona predomina un tono melancólico y descriptivo, con el que Fernando intenta poner en orden sus memorias sobre los sucesos que precedieron a una tragedia que marcaría su vida para siempre. 

¿Qué pretendes que el lector saque de su lectura? ¿Para qué lector está indicada? 

Mi única pretensión al compartir un texto, ya sea en el blog o impreso, es la de no hacer perder el tiempo a quien me dedica su atención lectora. Mi novela no es autobiográfica, es una ficción narrativa –que busco que resulte entretenida a sus lectores– y una reflexión sobre la valía del deseo de autoengaño para sobrevivir ante la realidad impuesta.     Es una novela dirigida a un lector indefinido: por mi experiencia en el blog he descubierto que un texto que pienso que es personal y efímero puede ser compartido por un lector de otro lugar y en otro tiempo. Mis personajes dan voz a constantes humanas como la fricción entre individualidad y sociedad, la disfunción entre libertad y soledad, la confusión entre amor y entrega… Al igual que nosotros, mis personajes son individuos sociales, y, al igual que sufrimos nosotros, su sociedad no tolera la individualidad. 

¿Cuáles fueron tus influencias o fuentes de inspiración literaria? 

No tengo ninguna influencia literaria marcada. Leo por impulso o capricho. Básicamente, narrativa de ficción. Son muchos los libros que empiezo a leer, pero pocos los que acabo. No soy dado a la admiración ni a la contemplación. Llevo toda la vida leyendo, viendo y escuchando obras de “cultura popular”. Los tebeos generalistas, el cine de entretenimiento y la música pop-rock son mi mayor influencia; mucho más que cualquier movimiento o género literario.      Y la inspiración… es como un acto de posesión (tal y como te he escrito antes). Cuando la inspiración crea melancolía procuro no compartirla, que no pase del escrito en papel. Busco que mis textos compartidos comuniquen esperanza. Mis dos novelas tienen un final esperanzador.  

¿Cuáles son tus proyectos futuros como escritor? Y de paso, ¿cuál ha sido tu trayectoria hasta ahora? 

Tengo varios. Estoy intentando buscarle el sentido a una serie de cuentos y ensayos que escribí durante estos tres últimos años. Tengo dos novelas inacabadas desde antes de la pandemia (no sé cómo finalizarlas, ya que no tengo la misma sensibilidad que entonces) y un proyecto que llevo escribiendo desde hace 17 años (una distopía de aventuras coloniales). En principio no planeo autoeditarlos si logro acabarlos. De hacerlo, creo que los presentaré a cauces editoriales. De hecho, es ese intento de normalización (hasta ahora fallido) lo que me ha impedido acabar de escribirlos.     Mi trayectoria creativa “profesional” ha transcurrido y transcurre fuera de la narrativa de ficción. Trabajos de articulista, ensayista o traductor español-inglés-español. Trabajos colaborativos anónimos para agencias de servicios lingüísticos o culturales. 

¿Dónde podemos comprar la obra y dónde podemos conocer más de ti (entrevistas, blogs, podcast, publicaciones previas…) 

«Donde vive el recuerdo» está disponible en Amazon.  

Clica en la portada para conseguirlo


Para saber más de mi personalidad literaria os invito a que visitéis su blog Ven y enloquece. A mi persona la encontraréis, habitualmente, en los comentarios. Para conocer el trabajo de mi componente editor, os animo a pulsar en este enlace. 
Te agradezco, afable leyente, tu tiempo de lectura de introspección. Y agradezco a El Tintero de Oro su constante y trabajado apoyo a las creaciones de otros. 
Gracias. 
Nino. Gijón, 22/23-IV-23 

Muchas gracias a ti, Nino, por contarnos tu experiencia y hablarnos sobre tus libros. ¡Te deseamos muchos éxitos!
¿Y vosotros? ¿También queréis hablarnos sobre vuestro libro? Pues solo debéis enviarnos vuestro texto al mail eltinterodeoro@hotmail.com. Visitad la entrada Queremos que nos hables de tu libro para que tengáis una idea de las cosas que queremos que nos contéis.
¡Saludos tinteros!