Dormir los veranos a la sombra de tus pechos
hacer de tu piel, música, promesas y las ganas de soñar
y de las ganas de soñar, placenteros laberintos,
sorpresas de una vida que se hace noche en tu ombligo.
Dormir los otoños a las sombras de tus pechos,
dormir acurrucado en ocres pensamientos,
dormir en la tibieza de tus muslos y hacerlos destino,
hacerlos dulce antesala de la nieve.
Dormir los inviernos a la sombra de tus pechos,
creer en hogueras crepitando de cielo y vida,
procurando el calor asociado a tus ojos,
en la caricia de una noche blanca en tu pelo.
Dormir las primaveras a la sombra de tus pechos,
renacer en vos a cada suspiro, en cada estremecimiento,
renacer en vos y en tus manos, y en tus palabras,
renacer en vos dándole a la vida tu nombre
y renacer preparando el terreno para una noche de estas
dormir otro verano a la sombra de tus pechos.