Dos adioses

CC –by –sa h.koppdelaney

Voy a proclamar dos adioses en público a dos personas que difícilmente lo recibirán. Hablo de dos líderes en el mundo del minimalismo: Ev Bogue y Leo Babauta. Ya en octubre, esbocé esta decisión que quiero compartir porque va más allá de lo personal. Después de todo me suscribo y me borro a un buen puñado de cosas cada mes y no se me ocurre contárselo a nadie. Si ahora lo comento es porque hay una

Razón

Ev y Leo han tomado caminos que cada vez se alejan más de los míos. No deseo…

Acabo de borrar las cosas en que no quería seguirles; me olvidaré de esos detalles pues no deseo llenar este artículo de palabras por engordarlo. Voy a decir, más humildemente que ni quiero llegar tan lejos en el minimalismo, ni tan rápido. Tampoco deseo seguir mi propio camino; los caminos no son de nadie y mucho menos del caminante, los caminos se siguen y se viven hasta que encontramos una ruta mejor.

Lo dejaré ahí para evitar enredarme con el ejemplo. Déjame hablar en positivo

Deseo

Quiero ser algo parecido a lo que C.S. Lewis o Tolkien fueron en su momento: unos autores cristianos capaces de hablarle al mundo y a los cristianos, creando con verdades profundas.

// Bueno, y a veces también, una escritor a secas al que le gusta divertirse con un par de dados para echar unas risas y ser jovial como un niño. //

Evitaré la simpleza fanática de encerrarme en un micro-cosmos de correligionarios. Ya lo intentó China con su muralla y a la larga perdió su primera oportunidad. Ed y Leo me han enseñado mucho pero siento que debo buscar espacio para leer a otros que me acerquen más a quien quiero ser.

¿Deseas?

¿Quién quieres ser? Te lo pregunto porque es ahora un momento para que repases que personas sigues. Repasa lo que he escrito y piensa si te sigo sirviendo para algo y actúa. Haz lo mismo con la televisión –con algún programa o todos– o los periódicos, incluso, si mis compañeras me lo perdonan, con otros blogs.

Fin de año es buen momento para plantearse dejar de hacer cosas. Abre espacio para una nueva vida, pero antes de tomar esa decisión piensa primero quién debes ser o, si parece una reflexión demasiado gigantesca, al menos ten claro que cosas no quieres ser. En cuanto lo sepas, abre espacios.