Revista Talentos
De pronto me vi atrapado en un torbellino de pasión. Todo giraba armoniosamente. Danzábamos al ritmo de nuestros corazones. Y entre sudores, caricias, besos y muchos 'te quiero', se me escapaba la vida. Cuando abrí los ojos y observé la cama vacía y fría, lo comprendí. Mi alma había regresado.