Durante mi vida de jugador he conocido dos tipos de juego: los que están diseñados para favorecer a los jugadores y los que manipulan la experiencia de juego para favorecer a la empresa.
Cuando empecé con los juegos de rol, básicamente te entregaban un libro de reglas y unos dados; todo lo demás lo tenían que poner los jugadores.
Esto da la libertad de jugar como y con lo que quieras, pero hacía que fuera muy difícil iniciarae en ellos.
Después vinieron los juegos de cartas coleccionables. En ellos compras mazo y sobres de expansión. Recuerdo mi expresión divertida cuando preguntaba a la gente por qué no se hacían sus propias cartas. No estaba hablando de ir a una fotocopiadora y lanzarse a imprimir copias de las cartas que ofrece el fabricante sino de diseñar las propias. Para mí, para los que jugamos a rol en los 90 crear era parte del juego.
Los chicos de las cartas Me miraron como si estuviese loco. Y es que el juego estaba diseñado para quien comprara más cartas tuviera las de ganar. Existían cartas más comunes que otras gracias a la falsa escasez que creaba la compañía que actuaba como un monopolio. Si te hacías tus propias cartas de repente esa escasez falsa se revelaba como una insensatez. En otas palabras: comprar era parte del juego y los propios jugadores estaban más que dispuestos a defender esa visión, pues de lo contrario todo su hobby tendría que redefinirse.
¿A qué me recuerda esto?
A casi toda la economía. Después de todo, el comercio funciona porque cada uno compra aquellas cosas que les costaría más producir por uno mismo que el dinero que consigue por su trabajo, también llamado: decidle a un abogado que fabrique un reloj, seguro que tarda un poquitito más que conseguir su precio trabajando.
Pero otra cosa es cuando esa escasez es falsa, en un autoengaño mutuo, como era el caso. El ejemplo más claro es la informática donde casi siempres herramientas simples y gratuitas pueden apoyadas por unos conocimientos que son relativamente fáciles de alcanzar solventar todas las necesidades de un usuario particular. Es más desarrollar esas herramientas es parte del juego, y hará que tengas precisamente lo que necesitas, pero más allá de eso te dará mayores capacidades.
Guárdate de aquellas cosas en las que comprar sea parte del juego.
Foto CC –by Jonathan Pobre
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