(Bear, Otter, and the Kid)
de T. J. Klune
Traducción de Jordi Vidal
1.- Dos hombres y un niño
2.- Who We Are
3.- The Art of Breathing
Tres años atrás la madre de Bear McKenna desapareció sin dejar rastro con su nuevo novio, obligando a Bear a hacerse cargo de Tyson, su hermano de seis años. Han salido adelante como han podido, pero debido a su dedicación exclusiva a Tyson, Bear apenas tiene oportunidad de disfrutar de la vida. Hasta que Otter vuelve a la ciudad.
Otter es el hermano mayor del mejor amigo de Bear y, como han hecho durante toda su vida, ambos chocan entre sí de formas que ninguno de los dos se esperaba. Sin embargo, esta vez no hay escapatoria a la intensidad de la emoción que existe entre ellos. Bear sigue creyendo que su sitio es el de tutor de Tyson, pero no puede evitar pensar que tal vez la vida le tiene reservado algo... o alguien más.
Lo de este libro es una auténtica pena. T. J. Klune ha creado una historia maravillosa, pero por desgracia esta novela tiene el dudoso honor de tener la peor traducción que he leído en toda mi vida, y además con diferencia. Lo recomiendo encarecidamente, pero, eso sí, será mejor que os hagáis un favor y lo leáis en inglés.
A sus veintiún años, Bear ha llevado una vida muy diferente a lo habitual. Su madre lo abandonó cuando estaba a punto de cumplir los dieciocho, dejándolo solo y al cargo de su hermano Tyson, que entonces solo tenía seis años.
En lugar de terminar sus estudios e ir a la universidad como la mayoría, Bear tuvo que crecer muy rápido, ponerse a trabajar y adoptar el papel de padre de Ty para poder seguir adelante. Por suerte, siempre ha contado con la ayuda de Anna, su novia de toda la vida, y de Creed, su mejor amigo, quienes han pasado a convertirse prácticamente en su familia.
Es precisamente la relación entre los dos hermanos lo que más me ha fascinado de la novela. Ty es un niño inteligente, muy inteligente, y Bear es consciente de ello, pues es quien ha tenido que criarlo desde que su madre se fue. La relación entre ambos es muy particular, mitad relación de hermanos y mitad relación padre-hijo, y el autor ha sabido retratarla a la perfección de forma conmovedora.
No puedo decir demasiado del estilo, ya que la traducción lo destroza totalmente. Lo que sí puedo decir es que a pesar de ello la narración me ha gustado mucho. Bear cuenta la historia de una forma muy personal y realista, dirigiéndose de vez en cuando al lector de una forma muy directa, y ese es otro de los grandes aciertos del libro.
Y es que Bear es un personaje lleno de dudas (lleva años con su novia, ¿a qué viene esa extraña atracción por Otter?), y el autor ha sabido plasmarlas a la perfección. Hay muchas novelas en las que me cuesta justificar la narración en primera persona, pero aquí me ha parecido absolutamente necesaria y esencial para la historia.
Eso sí, una advertencia: la narración es real con todas sus consecuencias, y eso significa que hay unas cuantas escenas de sexo bastante explícitas. No es de lo peor que he leído, y tampoco son muchas, pero quiero advertir de esto porque no recomendaría este libro para los más jóvenes.
Y ahora sí, ha llegado el momento de hablar de la traducción. Y vaya un desastre de traducción. No es que sea mala: es peor todavía de lo que os podáis imaginar. Sabéis que al ser traductor siempre me cuesta mucho hablar mal de mis compañeros de profesión, y siempre que tengo algo negativo que decir trato de hacerlo con mucho tacto.
No se trata de que la novela tenga faltas, pues realmente no he encontrado ninguna destacable. De hecho, que un libro tenga faltas normalmente no suele ser culpa del traductor, sino de que el corrector no ha hecho su trabajo. El problema de esta traducción es que resulta tan literal y poco natural que destroza la historia hasta el punto de sacarme de la narración cada pocas frases.
No estoy exagerando. De verdad: ojalá fuera así. Esta traducción es tan mediocre, tan torpe y tan poco natural que jamás habría pasado un examen de primera de Traducción. Diré más: a las pocas páginas de haber comenzado el libro empecé a marcar las páginas donde había algo tan mal traducido que me sacaba de la lectura. Cuando llevaba cien páginas había marcado más de treinta, y tuve que dejar de hacerlo porque se estaba deformando el libro. Repito: no estoy exagerando.
Decidí leer esta novela en español porque me parecía que tenía una portada mucho más bonita que en inglés, pero no sabéis cuánto me arrepiento. De hecho, de no ser por la traducción, se habría llevado fácilmente un 8,5 sobre 10, pero finalmente se ha quedado con un 7. No puedo darle más cuando me llevaba las manos a la cabeza en casi todas las páginas.
¿Que si recomiendo la novela? Sin duda alguna: es de las mejores historias LGBT que he leído. Pero, por favor, leedla en inglés. Hacedme caso. No sufráis como yo el despropósito de traducción con la que la han publicado en español.
Lo mejor: Los personajes.
Lo peor: La desastrosa traducción.
Te gustará si... quieres leer una historia preciosa de dos hermanos y dos hombres que se enamoran.
7/10