Somos dos locos felices
y la felicidad, ambos lo sabemos,
solo le está permitida a los locos.
Así que en ello estamos
tú y yo, nosotros dos.
Sin dar explicaciones ni pedirlas,
sin poner excusas,
sin nada que reprochar.
Locos de atar y sin remedio.
¿Qué más pedirle a la vida?
Si yo sonrío, tú eres feliz;
si lo haces tú, me reconfortas.
Me ayudas a olvidar el pasado,
me ayudas a alcanzar mi propia paz.
Dos locos sin remedio,
dos corazones que navegan
según el cauce del río
y el ritmo de la vida.
Me has enseñado a creer en mí,
a darme el valor que me quitaron,
a sentir que mi vida es mía
y que en ella mando yo.
Ahora estás aquí
por quererlo ambos.
Nada me pides,
todo me das.
Una sonrisa es tu regalo,
mi sonrisa es el mayor bien
que te puedo dar.
Mis sombras y fantasmas
son menos si los comparto contigo.
Locos unidos por una casualidad.
Y en esta locura estamos.
Gracias por estar.