mi madre se ha encamado con un desgraciado,desde mi concepción soy dos mitades, cada una de las cuales,
se horroriza ante la otra: Soy, mitad luna que estremece de frío,y mitad sol, que abraza desiertos.
Soy un alma libre de andares bohemiosy los ojos vigías que miden, en la oscuridad, la magnitud de mis pasos.
Soy el silencio nocturno de las flores cerradasy el grito de palabras hartas no ser dichas.
Soy una enorme pequeñez recluida en una mísera fortaleza de enormes y pálidas paredes
que llegan hasta donde no puedo ver.Soy una mitad asustada, bajo la cama,
temblando de miedo y de amor;y soy, también, mi orgulloso ejército de arlequines harapientos,
rodeando este, mi reino de escombros donde las imágenes en los espejos no se me parecen ya.
Soy soberana de estas tierras,líder indiscutible de mis ideas, y soy pueblo revolucionario,
de emociones salvajes que busca destronarme,cansado de mi indiferencia racional.