SPOILERS
Tantas cosas para decir sobre el especial navideño de este año de Downton Abbey. TANTAS. Y eso que hace un par de horas también vi el maravilloso especial de Doctor Who, pero necesito escribir sobre Downton ahora mismo, no importa que sean las 4:15 am (alabadas sean las vacaciones). Este post va a contener un par de toneladas de spoilers, así que si no vieron el capítulo NO sigan leyendo. Y si lo vieron, hagan click en el link de acá abajo para leer mi catársis…
La vida viendo el especial de Downton Abbey fue maravillosa durante 1 hora y 30 minutos. Tan entretenido fue todo lo que pasó que ya me había olvidado que ayer a la tarde había leído por encima un tweet que me hizo sospechar que “algo” grosso había pasado. Más aún había olvidado unos rumores de hace meses atrás que decían que uno de los actores principales iba a abandonar la serie. Me olvidé de toooodo eso… hasta que llegaron los 2 minutos finales del episodio que cambiaron todo el agradable clima que se había ido construyendo en este extenso capítulo.
Matthew Crawley is dead. No hay vuelta que darle: está confirmado que no va a volver para la cuarta temporada de la serie. Matthew fue uno de los personajes más importantes desde siempre: primero como heredero legítimo de Downton Abbey, después como quien logró salvar al condado de la ruina económica (como Lord Crawley bien reconoció en este capítulo), y últimamente hasta como aquella persona que lograba permanecer neutral en casi todas las situaciones y traer serenidad siempre que había discusiones de todo tipo (Matthew hizo muchísimo para que Branson pudiera integrarse a la familia). Su partida de la serie me resulta sin dudas shockeante por la importancia de este personaje y también porque, al ser este un especial navideño, no esperaba que el guacho de Julian Fellowes nos dejara con tremendo “regalo” debajo del arbolito. Además, fue con golpe bajo: Matthew murió al poco tiempo de haber nacido su hijo. Se ve que a Fellowes le gusta bastante esto de matar padres primerizos enseguida, porque no hay que olvidar que hace apenas unos meses pasó algo similar con Sybil. A favor del guionista puedo decir que esto no es tanto su culpa, ya que fue Dan Stevens el que decidió irse de la serie y, si lo pienso objetivamente, a menos que Matthew y Mary se divorciaran y a Downton le cayera una bomba nuclear encima, era difícil que eliminaran su personaje de otra manera. Su partida tenía que ser definitiva. Igualmente, no deja de ser triste.
Viendo el lado positivo de todo lo acontecido con Matthew, al menos en lo que a desarrollo de la serie respecta, lo bueno es que Downton Abbey va a poder buscar nuevos rumbos y no se va a estancar en una misma historia con los mismos personajes. Al irse un personaje principal, tanto la serie como los personajes van a tener que enfrentar nuevos desafíos y creo que va a ser bastante interesante ver eso.
Y eso con respecto al pobre Matthew, a quien de verdad voy a extrañar mucho. Pfff, ¿cómo levantar a este pobre post después de haber hecho catársis sobre la muerte de un personaje? ¿Recordando que el capítulo fue mucho más que los últimos 2 minutos y que el señor Fellowes me permitió ser feliz durante 1 hora y media? Y bueno, dale. Como Downton está plagada de personajes (y que encima uno llega a conocer TAN bien), es siempre difícil hablar de todos, pero voy a hacer el intento con los más importantes.
“That’s the thing about nature… there’s so much of it”, comenta Lady Violet mientras espanta una mosca con desdén.
Empiezo por los lords y ladies de la casa, no por una cuestión de jerarquía sino de orden en el relato. :-P En este capítulo, casi toda la familia Crawley viaja a Escocia a visitar familiares, experiencia que le sirve a Robert para darse cuenta no solo de lo afortunado que es por tener la familia que tiene, sino también de lo bien que hicieron Matthew y Branson al modernizar Downton Abbey para salir de la crisis económica. Es bueno ver que las cosas entre él y Lady Grantham ya están solucionadas, porque el pobre la pasó bastante mal durante la última temporada. La genia de Lady Violet lamentablemente no tuvo demasiado protagonismo esta vez, pero alcanzó a tirar un par de frases para el recuerdo y a sorprender una vez más ayudando a la moderna y rebelde Rose, su tataranieta. Mary no hizo mucho más que mostrar su panza de embarazada y criticar a la pobre Edith y su “admirador”, pero bueno, ya le tocará lidiar con asuntos varios el año que viene. El que tuvo que lidiar con más cosas en este capítulo fue Branson, que sigue luchando por encajar en algún lado, ya que aún no se siente cómodo con su nueva posición “entre los ricos” pero tampoco puede codearse constantemente con sus viejos compañeros. Pensé que el problema iba a pasar a problemas mayores con la irrupción de la sirvienta nueva, Edna, pero no fue así, aunque sospecho que vamos a volver a verla.
Molesley solo quiere divertirse.
Team Servants: mientras la flía. Crawley está en Escocia, los sirvientes tienen más tiempo libre (aunque Carson los persiga con cara de perro malo) y aprovechan para ir a una feria de pueblo. Además de diversión, en la feria hay bastante “amor” en el aire pero sin demasiado romance, estrictamente hablando. Por un lado, Mrs. Patmore tiene una especie de cita con un vendedor que resulta ser un mujeriego al que solo le interesan sus habilidades para la cocina. Por suerte, esa incipiente relación queda en la nada, aunque me entretuvo mucho ver a Mrs. Hughes y a la cocinera chusmeando sobre cuestiones amorosas. Por otro lado, tenemos a Thomas, que estuvo agradable como nunca antes, sin hacer maldades de ningún tipo, pero todavía insistiendo con sus sentimientos por Jimmy, por quien hasta llega a dejarse golpear y arruinar su bello rostro. (?) La situación entre los dos también queda aparentemente arreglada sobre el final del capítulo, aunque habrá que ver si eso de “ser amigos” dura mucho tiempo para Thomas. Y ya que hablamos de un malo, pasemos al otro o, en este caso, la otra: O’Brien no estuvo muy bitchy este capítulo, pero su “enfrentamiento” con su equivalente escocés sirvió para que Molesley, siempre tan aparato él, se liberara y diera rienda suelta a su locura. Y mientras O’Brien hacía de las suyas en las Highlands escocesas, Bates y Anna seguían inmersos en su nubecita de amor donde todo es maravilloso, que bien merecida la tienen después de tanto tiempo que pasó Bates encerrado en la cárcel.
Además de todo lo que respecta a los personajes y sus historias quiero… no, NECESITO alabar una vez más a los magníficos paisajes, decorados, música, y fotografía de esta serie. Son elementos que, me parece, ayudan mucho a darle a este programa ese encanto tan particular que tiene y lo hacen aún más disfrutable. Además, también tengo que destacar algo que es una constante de toda la serie: la habilidad para contar tantas historias juntas en tan poco tiempo y de una manera tan tan ágil, dándole a cada cada una el tiempo necesario. Downton Abbey no me aburre nunca, sino todo lo contrario: muestran mucho y siempre quedo esperando por más. Quién hubiera dicho que esta serie que no me fascinó tanto cuando vi su primera temporada ahora me encanta de esta manera…
Ahora será cuestión de esperar varios meses hasta el estreno de la temporada cuatro y ver cómo siguen las cosas. Seguro que fáciles no van a ser. Bring it on, Julian Fellowes!