No tengo la menor idea si horrorizarse tenga sentido en este momento. Leo diarios, blogs, twitts...horrorizados. Lo peor, creo sin temor a equivocarme, no tardará en llegar. Dicen que hay que tocar fondo para tomar impulso y salir a flote. ¿No lo sé?
Hace algunas semanas hicimos (juego que nos sirvió de catarsis) un simulacro de insurrección: los involucrados nos organizaríamos para lograr entrar a un lugar estratégico y hacernos presentes. Violentarnos y manifestarnos de manera sonante y mortal. No llevaríamos ninguna bandera ni color específico como representación. Se trataba de mostrar nuestro hartazgo de forma organizada y quitar de una vez por todas a un estado fallido.
Después de haber logrado nuestra fantasía catártica, sonreímos. Recordé las juntas literarias (disfrazadas como "Academia literaria") realizadas en la casa del Corregidor Miguel Domínguez para planear la independencia de México.
No sé quiénes serán los que lancen la primera piedra; de lo que sí estoy segura es que no serán los pobres. Y... pobres de nosotros si no despertamos, tiramos al carajo el letargo, nos dejamos de dramatismos y nos unimos a una finalidad, aceptando la responsabilidad que conlleva cualquier causa.
ADD: Recomiendo seguir los links de Leopoldo Méndez que están abajo. Un ejemplo maravilloso que muchos mexicanos necesitamos en estos momentos. Por cierto, como me hubiera gustado encontrar un hombre como él, sin cobardías al encuentro de su verdad, de su amor real. Defendiendo a su manera su pedacito de cielo.
FIRMA: Un ser de este mundo