Dubai, destino de lujo

Dubai es una ciudad impresionante en todos los aspectos; levantada a golpe de talonario, en ella conviven el lujo descarado y los restos de tradiciones ancestrales. La modernidad, el glamour y la ostentación están presentes en cada uno de los edificios de reciente factura, hoteles, centros comerciales, playas artificiales, etc…

Dubai es la constatación de que el dinero puede conseguirlo casi todo. Algunas de las obras de ingeniería realizadas para ampliar su zona turística costera han sorprendido al mundo y constituyen un hito constructivo a nivel mundial: el Dubai Waterfront ha añadido 70 kilómetros más a la línea de costa; The World es un archipiélago artificial de casi diez kilómetros cuadrados y las Palm Islands, son tres islas dedicadas por completo a establecimientos turísticos, shopping, ocio y chalets.

Y en cuento a sus edificios, Dubai cuenta con algunos de los rascacielos más altos y algunos de los hoteles más lujosos del planeta: El Burj Califa ha sido hasta hace muy poquito el edificio más alto del mundo, con 828 metros y más de 200 plantas, Park Square Tower, aún en construcción será el tercer edificio más alto del mundo. Y en lo que a lujo se refiere, es conocidísima la silueta del Hotel Burj Al Arab, que recuerda a una vela de barco desplegada al viento y se levanta sobre una isla artificial a trescientos metros de la costa, unido a ella por un puente y que está considerado uno de los pocos hoteles de 7 estrellas del mundo.

Junto a toda esta grandiosidad, sobreviven algunos de los barrios tradicionales de la población original, como Bastakiya, donde se pueden ver los antiguos molinos eólicos que servían para proporcionar aire cuando aún no existía la electricidad y también es muy curioso el tener tan cerca modernísimos centros comerciales con todo tipo de franquicias de lujo y los zocos tradicionales, donde se sigue vendiendo de todo, desde alfombras, marroquinería, especias, alfombras, bisutería, etc… y que son considerados una de las mayores atracciones de la ciudad.