Revista Fotografía

Dublín en día y medio (iii)

Publicado el 29 julio 2011 por Luiscarlos @LC_Balboa

Dublín, pesar de ser la capital de Irlanda, tiene algo más de 500000 habitantes y en 100 km a la redonda viven 2 millones de personas, lo que supone el 50% de la población del país. Y en Dublín, a pesar de ser capital de un país, y de ser el nucleo de población más importante de la isla, todo el mundo con quien te cruzas te da los buenos días. Uno por uno, niños y mayores. Y las buenas tardes, y las buenas noches, a sus horas. Vayas por donde vayas es lo primero que se nota, una educación exquisita. En los días siguientes nos daremos cuenta que es una virtud que se nota no solo aquí, sino también en el resto del país.

Dublín en día y medio (iii)

Saint Stephen's Green Park


Además, se nota el gusto que tienen por la jardinería y los parques. A las afueras tienen el Phoenix Park, el parque más grande de Europa, con 712 hectáreas. Y, con Saint Stephen's Green, pueden presumir de un lujo que otros para si quisieran, el tener 9 hectáreas de parque en pleno centro y con unos cuantos siglos a la espalda.  Un sitio extremadamente tranquilo a pesar de su situación: gente haciendo deporte, echando de comer a los patos, alguien cargando con el caballete para ponerse a pintar, etc. Tiene puertas en cada esquina y en algunos laterales, pero la más conocida es The Fusilier's Arch, que se levantó en homenaje a los caídos en la II Guerra Mundial, y que está frente a la esquina de Grafton St. con King St.

Dublín en día y medio (iii)

The Fusilier's Arch con el SSG Shopping Center al fondo. (Y María)


Precisamente aquí hay un punto curioso, el Saint Stephen's Green Shopping Center, un centro comercial, como su nombre indica, que dada su situación podríamos pensar que está orientado a los turistas o algo parecido, pero nada más lejos de la realidad. Dentro hay cafeterías, quizás las más baratas del centro, tiendas de ropa, e incluso una mercería, lo que da idea de su orientación comercial más de día a día que al sector turístico. Aparcar aquí durante 24h cuesta 12€, algo a tener en cuenta si tu alojamiento está lejos del centro. 

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Saint Stephens Green Shopping Center, 


Grafton Street y sus calles aledañas son la zona comercial por excelencia, tiendas de ropa sobre todo. Y músicos callejeros, algunos con más calidad que otros, todo hay que decirlo. Había un par de chicas y un chico (violín, acordeón, bodhran/voz) versionando una canción de Altan, Molly Na Gcuach Ni Chulleanáin, que nada tenía que envidiar a los originales, y mira que los originales son buenos. También estaba el mismo de la noche anterior pegando voces más que cantar, y del que un par de músicos vecinos se estaban mofando mientras montaban su espacio para comenzar a actuar. 
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No es difícil llegar al centro esté donde esté tu alojamiento, porque por escasez de autobuses urbanos no es, y sin olvidar tampoco el tranvía, el Luas. Tanto el precio de los primeros como del segundo son asequibles, y puedes programar desde casa o el hotel, a través de la red, las líneas que tienes que tomar o incluso el tipo de billete que más te conviene comprar.

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Government Buildings, Merrion St.
Dublin, Ireland


La primera parte que recomiendo como imperdible en Dublín, es todo lo que hay entre Grafton St. y Merrion Square. Aquí están el National Museum of Archeology, el National Gallery, los Government Buildings y, claro, el Merrion Square Park, donde está el rinconcito dedicado a Oscar Wilde con su pintoresca estatua.En Merrion Square, volvemos a las andadas de Portobello: en esta calle lateral al parque vivieron durante un tiempo Daniel O'Connell, William Butler Yeats y el ya nombrado Oscar Wilde.
Impresiona ver tanto edificio neoclásico, sobre todo en esta plaza, calle, parque o como lo quieran denominar. Impresiona también ver los carteles "To Let" prácticamente en todas las ventanas y puertas, herencia del Tigre Celta, supongo.

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Oscar Wilde disfrutando eternamente de la sombra en Merrion Square, obra de Danny Osborne


Hay que decir en este punto que es imprescindible, antes de empezar a visitar museos y demás, pasar por la Dublin Tourism Office y comprar la Dublin Pass Card. Esta tarjeta y otra de la que hablaré en su momento, son una gran idea. Te permite visitar todo lo visitable con un único pago, además de descuentos en restaurantes y comercios, lanzaderas al aeropuerto, etc. A nosotros, para un día, nos costo 35€ y la amortizamos con creces.
Otro detalle: en el rato que llevamos de paseo, ya nos ha convencido el cielo de aquello que advierten que aquí el tiempo cambia en segundos. Salimos del hotel con sol, se nubló en el primer parque, salió el sol entre camino a Merrion Square y cuando llegamos se volvió a nublar. Cada vez más negro hasta que nos cayó un chaparrón en el Trinity College. Así todo el día, aunque la mayor parte del tiempo nublado.

Dublín en día y medio (iii)

Entrada principal del Trinity College


También es imprescindible visitar el archiconocido Trinity College, la Old Library y el Libro de Kells. Si tienes intención de hacer la visita guiada,  te recomiendo que acudas tempranito, porque aquí es el primer sitio donde hay cierta aglomeración de turistas y visitantes. En época lectiva, con estudiantes no me quiero imaginar como andará el asunto. De todas maneras, nosotros no podemos entrar, no sabemos que evento oficial hay que la Biblioteca, principal motivo de visita, no puede visitarse.
El campus es literalmente de película, con varias plazas y zonas verdes, además de un campo de criquet y otro de rugby/fútbol/hurling. Placas conmemorativas por aquí, estatuas por allá y muchos turistas, los cuales son pelín culpables que a uno le cueste trabajo imaginarse por aquí a Bram Stoker, Samuel Beckett y demás estudiantes insignes de esta Universidad. Y mira que los edificios, intentan ponerte en situación, pero cuesta trabajo.
Justo enfrente de la fachada principal del Trinity College hay una fulana con un carro, vendiendo mejillones y berberechos, con un escote generoso y cortejada también por turistas, como antes lo fue por estudiantes y profesores de la Universidad. Es la mítica Molly Malone

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O'Connell Street, Dublin


Siguiendo hacia el Norte, y continuando la línea recta de Grafton Street entramos en O'Connell Street, cruzando el Liffey por el puente del mismo nombre. De frente, el que le dió nombre a la calle, Daniel O'Connell, El Libertador. Fue de los primeros que, democráticamente, se puso en pie para pedir la independencia irlandesa con respecto al Reino Unido. Por otro lado, siempre me ha llamado la atención que queriendo ser independiente animara al pueblo irlandés a hablar inglés porque eso les enriquecería. Su estatua es la primera de muchas que están en esta calle encomendadas a personajes considerados héroes nacionales, la mayoría nacionalistas y separatistas: William Smith O'Brien, John Gray, James Larkin (el único personaje representado del siglo XX), Theobald Mathew (sacerdote que nada tuvo que ver con la independencia) y, como no, Charles Stewart Parnell, con el arpa céltica a su lado. 
Dublín en día y medio (iii)
Es curioso, que ni uno solo de los líderes, estuvieran entre los 15 ejecutados o no, del Alzamiento de Pascua, se encuentre homenajeado aquí, donde se supone que están los héroes. No creo que sea por falta de espacio, porque esta es de las calles más amplias de Europa. Ni Éamon de Valera, ni Connolly, ni Pearse... ninguno. Sin embargo, frente a la General Post Office, y hasta 1966, estaba situada la Columna de Nelson, en homenaje al capitán inglés. Precisamente en ese sitio, que fue uno de los lugares importantes durante los sucesos de 1916. El IRA dió cuenta de ella con atentado, y en su lugar en 2002 se comenzó a construir el Spire, una aguja de algo más de 120 metros de altura, lo que hace que se pueda ver casi desde cualquier punto de Dublín. Desde abajo da auténtico vértigo.
Aquí, si te paras un rato puedes ver los sacos de arena amontonados en la entrada de la oficina de correos, y los barcos ingleses en Liffey, que vienen a asediarlos. Es una canción la que me hace ponerme en situación, y anoche, aunque ya la conocía, la escuché en un bar. Sólo sonaron unos acordes y todo el mundo se puso a cantarla. Y aquí y ahora, esa canción, no hace más que sonar y sonar en mi cabeza, en la versión de The Chieftains cantada por Sinèad O'Connor.
Es  The  Foggy Dew, que fue la que me hizo interesarme, hace ya mucho, por lo que sucedió en este lugar. 
Es el himno no oficial del país.

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