Me resulta de lo más complicado hacer "la vida normal" estando en casa de mi abuela. Lo más evidente es que no tengo control sobre el ambiente de B; eso dificulta poner en marcha "la rutina". Tampoco tengo un espacio privado del que pueda apropiarme; eso hace que me sienta como un pez nadando en agua de jamaica. Esta sensación de estar acampando no es buena ni para el trabajo ni para mis proyectos personales; pero: o consigo hacer lo necesario con ella, o el campamento se prolongará. Silvia Parque