Fuiste mi sueño.Pero como todos los sueños, sólo los acaricia la luna de una noche de solisticio. Y suelen ser perecederos. De ahí esa quimera nuestra de buscar a ese astro satelizándonospara ser capaces de alumbrar un hálito nuevo de ilusiones que atravesados por una estrella fugaz sólo realice un minúsculo deseo y el resto se carbonice en la más prosaica realidad. Hay sueños que cobijaremos hasta nuestro último suspiro.Y seguiremos versando como poetas de un absurdo que pretende cambiar el mundo y las reglas del amor, que sin sentido y libre, seguirá aleteando en nuestros subconscientes.
Y luego están aquellos que se limitaron a ser un endeble y efímero reflejo en el que deseamos tal vez bailar nuestro último vals.
Utopías, ideales… amistad…Poco importa, ¿no?Sigamos bailando.Que « la nave va » . La nave va, anche è ancora.