¿Les he contado que una de las últimas acciones favoritas de mi hija es echar cosas hacia afuera, por la ventana? Una de las ventanas de la casa no tiene mosquitero y ella echa cosas por ahí. Al principio se las traíamos en cuanto las pedía, pero nos cansamos de hacerlo y ella se resignó a que no íbamos a estar trayéndoselas, así que ya no pide ese servicio, pero igual las deja caer -no las "arroja", las "deja caer"-.
Siempre le ha gustado meter cosas en recipientes: en bolsas, en cajas, en lo que sea que pueda contener objetos. Una navidad le regalé a mi pequeña sobrina unos recipientes de los que se usan para guardar comida porque pensé que era un gran regalo: la niña los miró como no entendiendo y su mamá los recogió rápido, diciendo que servirían para su lonche, en una de esas intervenciones maternas que salvan las situaciones sociales atípicas. Pero es que la mía los habría disfrutado mucho 😅
Bueno, pues el poner cosas dentro de cosas es también meter cosas donde quepan, aunque no sea exactamente un recipiente; por ejemplo, en el espacio entre el asiento y el respaldo del sillón. Y dentro de los tubos de su cama.
Tiene una cama que era parte de una litera, así que la cabecera y la ¿piecera? quedan con dos tubos sin ¿cubierta? La foto lo muestra.
Hoy el papá ha sacudido la cama al revés.
Una jeringa de juguete, una pulsera, dos bolígrafos míos, un marcador, un jabón de tocador y los zapatos de la pata Margarita.
B ha mirado con un gesto de "ach".
Silvia Parque