Estas tres fotografías capturan la esencia de un año que se nos escapa, pero que deja su huella en los rincones cotidianos de la ciudad.
Desde las calles vibrantes de la Avenida Corrientes, donde el movimiento no se detiene, hasta el encuentro inesperado de policías bajo la sombra del Obelisco, y finalmente el silencio introspectivo desde la ventana de un colectivo, estas imágenes tejen una narrativa de lo urbano y lo humano.
Son un homenaje melancólico y romántico al paso del tiempo, a las historias anónimas que habitan en cada rincón y a los instantes efímeros que definen nuestras vidas.