Enlace al blog de La noche en blanco de Granada
LA POESÍA DE EDUARDO CASTRO EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADAEduardo Castro (Torrenueva, Granada, 1948).Escritor y periodista, ha trabajado en numerosos medios de comunicación, entre los que destacan las revistas ‘Posible’, ‘Ciudadano’, ‘Cuadernos para el Diálogo’ y ‘La Calle’; los periódicos ‘El País’, ‘Diario de Granada’ e ‘Ideal’; la BBC de Londres, de la que fue corresponsal de radio en Andalucía durante cinco años, y TVE, empresa pública en la que entró como corresponsal en Granada en 1983 y donde ha permanecido como redactor de plantilla por oposición desde octubre de 1985 hasta octubre de 2005, fecha de su elección por el Parlamento autonómico como miembro del Consejo Audiovisual de Andalucía.
Es autor de varios libros de narrativa, ensayo y poesía, entre los que destacan los títulos de Muerte en Granada: la tragedia de Federico García Lorca (Madrid, 1975); La mala conciencia (Granada, 1979), novela ganadora del premio Ángel Ganivet en 1978; Tú (a Tacuara) (Málaga, 1989), poemario amoroso galardonado con el 2º premio Arcipreste de Hita en 1981; Versos para Federico (Lorca como tema poético) [Murcia, 1986; Granada, 1999]; Guía General de la Alpujarra (Granada, 1992 y 1995); El burro del Cardenal (Granada, 2003), Sábados a contracorriente (Granada, 2004), Razón de vida (Granada, 2007) y Tiempo de hablar (Ocho escritores a grabadora abierta) [Granada, 2010]. El 25 de abril de 2005 fue elegido miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada, donde desde el 8 de mayo de 2006 ostenta la medalla con la letra H. Su discurso de recepción versó sobre El vino en la literatura (Breve ensayo preliminar para una futura antología).
Venus y Adonis
“Doña Luna es una Venus(Esfera sin sabor).”(F.G.L.: La selva de los relojes)
La Luna es una Venusdesnuda y con cuernos.Le cuelgan hilos tibiosde leche de sus cuernos.
El Sol es un Adonisredondo y con rayos.Se le escapa la vidasaltando por sus rayos.
(De Razón de vida, Granada, 2007)
Plaza de Santa Marta, Sevilla
(Canción con Colores)
Verde y amarillo.Jazmines marchitos en el suelo.Olor verde y amarilloDe jazmines.El alma deDoña Inésse asomatras las celosías blancas.Santa Martasonríe en la noche.
Blanco y azul.Paredes blancas que saben de amores.Sabor blanco y azulde balcones.El alma deDon Juangateapor un rayo de luna verde.Santa Martasonríe y se duerme.
(De Razón de vida, Granada, 2007)
Noche
“Sólo el hombre está solo. Es que se sabe vivo y mortal”. (Blas de Otero: La tierra.)
Absurdode los absurdos:vivir sin ganases como morir sin quererlo.
Por eso me gusta tantola noche,porque puedo engañarmey sentir que no vivoviviendo en silencio,solo en lo negro.
La Muerte que Deseo
oh noche, que juntaste amado con amada… (San Juan de la Cruz)
Si me dieran a elegir la manera de morirme,pediría una cama ancha y tiernaen una terraza elevada sobre el mar.Allí me tumbaría cómoda, serenamente,y leería mi poema preferido de Nerudamientras llegaqba la noche y una enormeluna rojiza se adueñaba del horizonte.Te llamaría entonces, te haría sentara mi lado y besaría suavemente tus labios,tu nariz, tus mejillas, tus ojos, los lóbulosde tus orejas, tu cuello, tus hombros, tus senos,tu vientre, tu sexo, uno a uno todos tus dedos...y moriría suave, dulcemente, pronunciando tu nombre,completamente reconfortado ya con tu caluroso amor.
(De Razón de vida, Granada, 2007)
El vino de Al-Mutamid
Por más que recorro Sevilla,no encuentro ya palmeras que te dieran sombra,naranjos que surtieran tu mesa.Las aguas que te acompañaron río abajose perdieron para siempre en el marcuando cruzabas el estrecho camino del destierro.Ni siquiera el azahar que perfuma el aire a mi pasoes ya el mismo que alegrara tus noches de primavera.Deambulo incansable desde hace años por la ciudad que amastesin hallar en sus calles más rastro de tu recuerdoque algunos versos rescatados por mi memoriaentre los muchos que le dedicaste y aún permanecen aquísuspendidos en el aire. Con ellos consuelola frustración de tu perdido legado.Brindaré, pues, una vez másen honor de tu poesía dionisíaca.Beberé hoy este vino como si fuera el mismo que tú bebías.Así, al posar la copa sobre mis labiospensaré en la hermosa boca de la amadapara libar, como tú, el divino licor de su saliva.Y, embriagado por fin con el sagrado fruto de la uva,recitaré una vez más aquel poema tuyo que, viejo y cansado,tragándote las lágrimas para no dar gusto a tus guardianes,cantabas de noche en la oscuridad de tu celdacuando no esperabas de la vida en el exiliomás recompensa que una muerte redentora…
Sevilla, marzo de 2013.
(Inédito)
Eduardo Castro