1. Un ego honesto en un cuerpo saludable. 2. Ojos para ver la naturaleza. 3. Corazón para sentir la naturaleza. 4. Coraje para seguir la naturaleza. 5. Sentido de la proporción (humor). 6. Apreciar el trabajo como idea y la idea como trabajo. 7. Imaginación fértil. 8. Capacidad para la fe y la rebelión. 9. Indiferencia hacia la elegancia tópica 10. Cooperación instintiva.
Mi debilidad por las listas –no sólo las literarias– me ha llevado hasta los diez puntos que Frank Lloyd Wright dedicó a sus alumnos en su autobiografía. Lo he tomado del Proyecto Felicidad, un sitio elaborado, en gran medida, a través de inventarios y enumeraciones.
Llama la atención que Wright incluya el sentido del humor como una expresión de la proporción: sin duda por eso el humor resulta tan útil en tiempos difíciles/ extremos. La cuestión es que escribir un manifiesto personal es un ejercicio que te fuerza a articular tus valores. ¿Es el humor uno de ellos? ¿El coraje, la creatividad, la solidaridad, o quizás la paz interior? Algunos padres dicen que prefieren enviar a sus hijos a un colegio religioso "para que les inculquen valores". ¿No es irresponsable dejar esa tarea en manos de otros? ¿O acaso es que ellos no los tienen?
Durante un tiempo introduje en mi meditación diaria esta cuestión: ¿qué es lo que da sentido a mi vida? Y observé con curiosidad cómo mi mente hacía todo lo posible para escurrir el bulto. De repente era importantísimo limpiar la nevera, bajar a comprar azafrán, planchar unas sábanas o devolver un libro a la biblioteca. A tu ego no le gusta que le fuercen a articular valores; tiene miedo de que le roben una parte importante de su pastel. Prueba y nos lo cuentas.