(Por Juan Pendino) L@s docent@s de filosofía, y disciplinas afines, con frecuencia, en las clases introductorias, somos entrevistad@s con una hermosa y simple pregunta: ¿profesor@, qué es para usted la felicidad? Pregunta filosófica por excelencia. Podríamos bien postularla como LA pregunta. Es de esperar que un@ docente de filosofía tenga más herramientas teóricas para responder a esta pregunta, porque se supone que ha leído, estudiado y pensado más a fondo estas cuestiones. Es suficiente un breve diálogo para mostrar cómo sus inquietudes, intuiciones y experiencias encuentran sustento en las interpretaciones de vari@s filósof@s.
Por mi parte, si algo he constatado en estos años es que, en estos temas estrechamente ligados a la condición humana, l@s profesionales de la filosofía afirmamos con un lenguaje específico y complejo aquello que otr@s intuyen o experimentan en su vida cotidiana.
¿Quién no ha charlado sobre la felicidad en alguna reunión con familiares y amigos? ¿Cuántas veces hemos escuchado a alguno decir que la felicidad no es posible, que no se alcanza en esta vida? Y la discusión parece no tener fin, porque cada uno tiene un concepto distinto de felicidad. Y no vaya a estar presente un sociólogo, un psicólogo o un filósofo, porque entonces será objeto de una atención especial cuando hable, suponiendo que tiene más autoridad en la materia. Y entonces tiene que esmerarse en aclarar que vive y piensa lo mismo que cualquiera de los mortales.
En esta oportunidad quisiera presentar un enfoque ampliamente difundido: el programa educativo que el Dr. Michael W. Fordyce implementa para enseñar la felicidad.
La formación se inicia con una breve revisión de los conocimientos básicos sobre la felicidad. Los cursos versan sobre la definición de la felicidad, su significado y su importancia en la vida; se lleva a cabo una breve revisión de la historia y de la metodología en la búsqueda de dicha felicidad; se abordan los factores demográficos y socioeconómicos comunes asociados a la felicidad y se termina con una discusión sobre mitos usuales y percepciones erróneas existentes sobre la felicidad. Además, habitualmente se ofrece a los estudiantes la oportunidad de evaluar su propio nivel de felicidad por medio del “Psychap inventory” (Fordyce,1996) o mediante otros cuestionarios similares, con el objetivo de promover en el alumnado la personalización y la motivación durante su proceso de formación. Tras todo ello, se revisan por encima los catorce rasgos fundamentales asociados a la felicidad y posteriormente se estudia cada uno de los rasgos de un modo exhaustivo.
En su programa, Fordyce propone ciertos principios, que llama “rasgos fundamentales”, como medios para vivir y sentirse más feliz:
- Ser más activo.
- Dedicar más tiempo a la vida social.
- Ser productivo en un trabajo relevante.
- Organizarse mejor
- Dejar de agobiarse.
- Adecuar correctamente las expectativas y las aspiraciones
- Desarrollar un pensamiento positivo y optimista
- Estar centrado en el presente
- Trabajar en busca de una personalidad sana
- Desarrollar una personalidad atractiva
- Ser uno mismo
- Eliminar los sentimientos negativos y los problemas
- La relaciones íntimas son la primera fuente de felicidad
- Apreciar la felicidad.
Catorce consignas que podemos profundizar y sobre las cuales caben innumerables reflexiones y valoraciones. Como aporte desde mi blog, los siguientes quince días publicaré mi interpretación de cada uno de ellos. El día 15, la conclusión.
Dos para pensar:
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias. Locke, John
Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace. Jean Paul Sartre
Eusofía
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure