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Egoístamente tuyas

Publicado el 04 abril 2010 por Mundodimasiado
Se aprende en la familia que para vivir en sociedad hay que ser generoso/a y compartir lo poco que se tiene con los demás. Dicen que ayudar a los pobres te da una visa para el Cielo. Además, si se ayuda podrá haber futuramente un retorno, ni siempre de la misma persona, pero de alguien a quien la vida te ha preparado una grande recompensa, por un favor anterior.
Se da alimentos, ropas, dinero (a veces), remedios, consejos, apoyo etc. Sin embargo hay ciertas cosas que, creo yo, no se pueden prestar: la pareja, el coche y mucho dinero. ¿Aceptarías compartir tu amor con otra persona solita? Respecto del coche, éste es un lujo, y si uno no tiene condiciones financieras para tener el propio, entonces viaje de ómnibus, taxi o a pie. En cuanto el dinero, muchas veces los individuos se aprovechan de un favor amigo y no pagan sus deudas, confundiendo bondad con tontería.
Felizmente o infelizmente, hay cosas que dependiendo de lo que sean, no pueden ser compartidas: Son egoístamente tuyas. No hay como prestar la ropa interior, el cepillo de dientes y ni la dentadura postiza. No se puede dividir las alegrías tampoco las tristezas. Todo el dolor que sientes de este mundo o de algunas personas apenas te corresponde, pues aunque se quiera ser un buen amigo y ofrecer un apoyo, todo lo que se pasa contigo sólo te pertenece. No hay como disminuir un peso, transmitiendo un poco de tu carga para los demás. En verdad las personas simplemente quieren ser gentiles, y esto que también sienten no es por tu pérdida, pero por verte triste. Éste sentimiento nunca es igual al otro y se cambia cada individuo y según el momento que se esté viviendo.
A pesar de todo el ser humano sentir dolores, ellos son individuales y no pueden ser sentidos de igual intensidad si no hay un envolvimiento de más gente en una causa común. Un ejemplo muy sencillo es el de una familia de dos hermanos que pierde su padre o madre: los dos van a llorar porque son hijos de ese mismo hombre o mujer. Otros individuos pueden sufrir también, empero como un amigo, un vecino o un compadre, pero cada ser con su razón, y sin duda las heridas de la sangre son mayores de que los simples lazos de amistad, lo creo, pues a veces un extraño siente más que alguien de la propia casa.
Muchas cosas en este universo son únicas: el nacimiento, las experiencias, el carácter, el placer, la fe, las añoranzas, la muerte y la salvación. Es imposible vivir lo ajeno como se fuese tuyo. Lo que se adquiere mientras se está vivo es fruto de nuestro merecimiento y parte del conocimiento necesario para sobrevivir a lo difícil.
En ciertos casos lo individual no es egoísta, sino una protección en relación a los demás para que la singularidad sea respetada delante de tantas mezclas y diferencias sociales, culturales, políticas e ideológicas.
Querer gobernar el mundo solo/a es una actitud egoísta, del mismo modo que anhelar la infelicidad del prójimo. A veces pensar apenas en uno lo es también. Dicen que guardar para sí todo el conocimiento es egoísmo, sin embargo compartirlo con los demás es generosidad, pues así los otros pueden aprender con tus errores e intentar hallar un camino. Los cambios de información y experiencia tornan el universo individual más rico, contribuyendo en conjunto.
¿Será que existe egoísmo en la cama?: Esto va a quedarse para el texto número dos.

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