¿En qué escalón te encuentras tú hoy?
Creo que esta ilustración encontrada en WeHeartIt se podría aplicar a mucho ámbitos y a muchos aspectos y situaciones de la vida. Porque para casi cualquier cosa hace falta motivación, porque cualquier meta exige un camino y porque cualquier camino cuenta con obstáculos y "escalones" que hay que superar para avanzar. Pero, sin duda, es una ilustración perfecta para llevarla al campo de la escritura, sobre todo desde que empiezas a escribir una historia hasta que, finalmente, consigues acabarla.
Por el camino se nos pasan dudas, antes incluso de haber recorrido unos cuantos escalones ya llegamos a pensar que no podremos conseguirlo y finalmente, con esfuerzo, según el día, con trabajo y con mucha motivación, lo conseguimos. Ese punto y final que tanto buscamos a lo largo de meses o incluso años, se plasma en el papel (o en la pantalla) y, después de todo el recorrido, logras sentirte enorme.
Aquí van algunos consejos para este proceso (y casi para cualquier otro) en el que alcanzar el final de una novela nos parece una odisea, pero en el cual, si ponemos un poco de cariño y trabajo, comenzamos a ver la luz de esa última página escrita.
1. NO A LAS DISTRACCIONES: si hay que ponerse a escribir, es a escribir. Olvídate del móvil, de las redes sociales o de Internet. Hay que estar inmerso en el trabajo, y generalmente, una vez enfrascado en la escritura, no resulta difícil, y conforme avancemos en la novela, nos costará menos desconectar del mundo y conectar en la historia, porque cada vez estaremos más metidos en ella.
2. NO A LOS BLOQUEOS: es posible que aunque intentes escribir un poco todos los días, llegue el día en que por cualquier otra circunstancia (porque son muy pocos los escritores que viven sólo para escribir) ajena a tus ganas de escribir la historia, seas incapaz de acertar en una descripción o de construír un diálogo con más o menos soltura y no digamos sentido. En esos días en los que nos vemos frente a nuestro texto y nos dan ganas de salir corriendo o exprimirnos el cerebro a ver qué sale, lo ideal es dedicarnos a otra cosa: dar un paseo, ver películas, escuchar música, leer libros, charlar con la familia o cualquier otra actividad que nos haga dejar de pensar un poco en otra cosa que no sea la historia. Al día siguiente, o al cabo de dos o tres días, abriremos el documento del texto, releeremos lo que llevamos y seguramente estemos más inspirados para continuar.
3. ATASCARSE. EL HORROR DE CUALQUIER ESCRITOR: lo ideal para no perderte a lo largo y ancho de toda una trama, sería tener unos esquemas y anotaciones, y también resúmenes de los capítulos o de la historia completa, a grandes o a pequeños rasgos, que te ayuden a continuar. Pero si hemos llegado al tope del atascamiento y nos damos cuenta de que hemos formado tal lío que ya no sabemos como desliar, hay varias opciones como releer lo escrito e intentar identificar en qué parte del texto la narración es insalvable y el camino hacia el final se tergiversa y, sobre todo, borrar y reescribir las páginas que hagan falta hasta que la historia nos guste de nuevo. Porque:
4. SI TE ABURRES TÚ, ¿CÓMO NO VAS A ABURRIR AL LECTOR?: debemos estar motivados a la hora de escribir. Escribir por obligación, simplemente por intentar avanzar aunque la historia no nos guste un pelo ya o, lo que es peor, escribir por aburrimiento, nunca da buen resultado. Hay que escribir por el placer de hacerlo, por ese gusanillo dentro de ti que te dice que has de contar una historia. Eso es lo principal para conseguir dar lo mejor de nosotros mismos en cada página.
Ahora os toca a vosotros, ¿en qué escalón os encontráis hoy?