El mundo expectante esperaba por esto:
¡Ya no soy tan mala!
Esto de hacer ejercicio con el cuerpo más pesado que nunca, me ha enseñado dos cosas sobre mí:
1. Un poco, un dejo, apenas casi nada pero sin duda: algo de envidia siento por la mujer con brazos delgados y muslos firmes que modela el ejercicio sin que su panza le reste flexibilidad.
2. Tengo dislexia respiratoria. No es con la primera rutina que me pasa, pero hasta ahora caigo en la cuenta de que en cada ejercicio, yo inspiraría cuando se indica expirar, y expiraría cuando se indica inspirar.
Silvia Parque