La casa es muy grande para nosotros dos, espero que mamá cumpla su palabra y nos traslademos, pero según ella aún no es tiempo, dice que si nos vamos lo que nos dejó el abuelo irá a parar a un hospicio. Pero un año es una eternidad.
Siento que esta vez la oscuridad tiene forma extraña, se mueve, respira, me envuelve, cerraré los ojos y me taparé los oídos, tengo miedo. Quiero llegar a mañana, es mi cumpleaños, Quiero ver mis noventa velitas alumbrando la torta que me prometió mamá, estaré feliz de ver cómo se ilumina todo.
B. Miosi