Las sombras de la noche van desapareciendo lentamente,Mientras los primeros trinos se oyen con sabor a melodía,El recuerdo de tus besos violenta sin respeto a mi mente,Y sin pensarlo me invade una dulce sensación de melancolía.
Así mientras la claridad de la mañana irrumpe el letargo,Asumo que estoy despierto y descubro mis ojos con llanto,Desesperado y afligido anhelo olvidar el pasado amargo, Para desprender del espíritu ese amor que fue mí encanto.
El rito de las aves que salen de sus nidos en pos de su alimento,El sonido del viento en la tempranera hora del caminar sereno,Cómo quisiera que mi corazón vuelva deleitarse en el sustento,De tu amistad, de tu sonrisa, de tus caricias, apegado a tu seno.
Amanece, sigue el día con su rutina y yo esperando con delirio,Que se cumpla el milagro de sentir tu voz y a mis brazos retornar,En ese apacible momento, por fin terminaría todo mi martirio,Para empezar este nuevo día con la certeza de volvernos amar.