Sí, es tremendamente complicado a veces. Muchas personas sienten que, aunque estén totalmente enamorados de sus parejas, una atracción sexual irresistible los atrae hacia otras. No es cuestión de amor, sino de atracción, una atracción física. Es la tentación contra el amor, un terrible combate que muchos están condenados a lidiar. Si sucumbes, si al final la balanza cae del lado de la tentación, no significa otra cosa que una debilidad moral y un egoísmo ruin para con aquella persona que te ama. Esta tentación sexual, llevada a lo físico (es decir, traspasando la línea de la simple fantasía) puede acabar con tu vida tal y como la concibes.
Y lo peor de todo no es eso: es la terrible sensación que puede sobrevenirte, que te sobrevendrá, tenlo por seguro, cuando hayas sucumbido a la tentación y consumado una infidelidad. Esos minutos de infidelidad no merece la pena si lo comparamos con cuánto nos da el amor. El cariño y el amor de tu pareja y de tu enamorado o enamorada no merece una noche de tentación con otra persona por la que sólo sientes atracción física.
¿Cómo resistirse? Como decimos, a muchas personas les es muy difícil no ser débiles. Esta debilidad las hace proclives a caer en sentimientos y en impulsos que normalmente no haría. Y no sólo hablamos de sexo, sino también de otro tipo de sentimientos. Esta debilidad puede arruinarnos todo cuanto tenemos. La vida consiste en aprender qué merece la pena y qué no, qué tiene valor y qué hay que dejar pasar, qué es el amor y qué es sólo tentación.