El amor es como una llave que nos permite entrar a un mundo de situaciones inesperadas. A los 18 años esas situaciones inesperadas son llamadas “locuras de amor” En la madurez esas situaciones inesperadas son más bien decisiones alocadas. Como mujer con experiencia, puedo decir que las decisiones amorosas te permiten una vida sentimental más plena. Tomarlas significa ser consciente de los riesgos, y saber que existen riesgos incrementa mis ganas de afrontarlos. La Madurez es una etapa de experiencia, de sabiduría, de energías, de ímpetus, de pasión. Y también es una etapa de reconocimiento. Me veo ahora como una mujer que no tiene por qué renunciar a los placeres que solo el amor puede brindarme. En estos momentos ciertas opiniones me parecen ridículas y sin sentido: que las mujeres maduras pierden la capacidad de amar, que no disfrutan plenamente de la vida sexual, que son menos sensibles. ¡Mentiras! La Madurez nos permite hacer todo lo que esos comentarios absurdos niegan, y mucho más.
El amor no tiene edad y puede sorprendernos a la vuelta de cualquier esquina. Solo el espejo nos depara una imagen distinta físicamente, pero nuestro corazón siempre es el mismo. Siempre necesitamos la mirada, la compañía y vivir el mundo de a dos.
Así es que ¡Paren el mundo, que quiero amar!